En la tarde de ayer, a las 18.20, efectivos policiales realizaron un allanamiento en la urgencia en Chacabuco, ordenado por el fiscal Esteban Lopardo, en una vivienda de calle Primera Junta al 250, donde se encontraron 30 plantas de marihuana y aprehendieron al propietario de 30 años.
Los cultivos de unos 3 metros y medio de altura, con seis meses de existencia, en su mayoría se hallaron en el patio trasero de la casa y cinco más en baldes de 20 litros.
En el interior de la vivienda existía un laboratorio casero en el que se producía el aceite medicinal donde además había goteros.
La Fiscalía interviniente dispuso notificación Art. 60 del CPP para con el imputado por Infracción Ley 23737 y recaudos legales.
Por su parte, el martes, en una casa de la localidad de Rojas, se logró el secuestro de más de tres plantas de marihuana cuyas medidas alcanzarían los dos metros de altura. Se puso a disposición de la Justicia a una persona mayor de edad quien resultó ser el responsable de lo incautado.
Siete allanamientos en enero
En la última quincena de enero, se realizaron cinco procedimientos en Junín, uno en Rojas y otro en Lincoln. Entre todos los allanamientos se logró incautar más de 20 plantas cultivadas en los patios de las viviendas, donde en una de ellas había un vivero artesanal.
Las diligencias en los barrios La Rufinita, Villa Talleres, El Picaflor, Padre González y Emilio Mitre realizados por la Delegación de Drogas Ilícitas de Junín confirman la tendencia del cultivo en viviendas, observado en los últimos meses.
Además de la confiscación de los cultivos para el autoconsumo, acción que desalienta el narcotráfico, los efectivos policiales llevaron adelante operativos en investigaciones por la comercialización de estupefacientes, como cocaína y marihuana fraccionada en ladrillos.
El autocultivo, un proceso de salvataje
Mediante la reglamentación en forma parcial de la ley 27.350, y la resolución que lleva el número 1537-E/2017, el Gobierno Nacional había autorizado al Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y al Conicet a poder cultivar las plantas de marihuana para ser investigadas por el equipo médico especialista en psiquiatría y psicología médica.
La legislación había sido sancionada por unanimidad en el Senado el 29 de marzo de 2017, para el estudio del uso medicinal de la planta de cannabis, sus derivados y tratamientos no convencionales.
Además describió tres categorías que alcanzan a los pacientes que ya están en tratamiento, los que son incorporados a protocolos de investigación y los familiares de ambos casos.
En ese marco, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica Anmat recibe la documentación requerida para solicitar la inscripción al Registro Nacional de Pacientes en Tratamiento con Cannabis (Recann) que posteriormente enviará al programa para su evaluación y recibir el aceite de manera gratuita.
Sin el Recann, el tramite podrá realizarlo el paciente u otra persona que designe, a través de la función de apoderamiento que permite la plataforma de Tramites a Distancia (TAD). No obstante, el paciente o su representante legal deberán aceptar en forma virtual el Consentimiento Informado sin excepción.
El formulario debe ser suscripto por el médico tratante consignando el resumen de historia clínica del paciente, tratamiento recibido y esquema farmacológico, diagnóstico y patologías asociadas, tratamiento y justificación del cambio de esquema, producto indicado, dosis indicada, tiempo estimado de tratamiento, cantidad de frascos indicados. Deberá emitir la prescripción médica por triplicado y adjuntar los estudios específicos.
En todos los casos, hoy en Argentina solo admite el aceite de marihuana medicinal proveniente de países como Estados Unidos donde es producido legalmente, que bajo el sistema burocrático del Anmat puede tardar seis meses en arribar al país, lo que provoca que haya una producción nacional de manera artesanal o ‘ilegal’ por personas que cultivan en sus hogares.
“No sabés lo que estás recibiendo, ya que no tiene estudios bacteriológicos, microbiológicos y de metales pesados. Y además se pueden generar hongos que producen toxinas que a su vez producen cáncer”, explicó a Democracia la presidenta de la asociación civil Cannabis Medicinal Argentina (Cameda), Ana García Nicora.
“El autocultivo, en algún punto, viene a ser un proceso de salvataje en el ‘mientras tanto’. Nosotros desde Cameda consideramos que hay una realidad social construida, pero debemos ir hacia una seguridad en lo que se recibe con calidad. Por eso pedimos un Estado presente con productos de calidad y seguridad”, subrayó.
“Los médicos solicitan el aceite”
“Para las familias y pacientes que ya tienen estas enfermedades de extremidad compleja con el problema del trámite de las obras sociales, complicando y sumando con otro trámite, se hace más difícil”, expresó la profesional.
Como indica la legislación, el cannabis medicinal solo puede ser usado para el tratamiento de epilepsia refractaria. “Ese fue otro de los puntos que nosotros debatimos, ya que pedimos la ampliación a otras patologías y también lo dialogamos en el Anmat”, dijo García Nicora.
“La disposición está, pero lo cierto es que se habla por las acciones y todavía eso no está sucediendo. Y la realidad es que no solo los pacientes lo piden, sino que hay médicos que también lo solicitan para sus pacientes. Por lo que la necesidad es aún mayor”, remarcó.
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