El sábado último, una pareja oriunda de Lincoln llevó a su bebé al Hospital Interzonal de Junín, para que fuera atendido de urgencia, advirtiendo a los médicos que ellos eran consumidores de cocaína y que el niño podría estar afectado.
Con el correr de las horas, según informaron a Democracia, la criatura podría recibir el alta médica y los padres, quienes afirmaron tener una fuerte adicción a la sustancia estupefaciente, comenzarían una rehabilitación en un Centro de Prevención de Adicciones (CPA).
Cabe destacar que el hecho causó alarma en el mismo hospital, ya que el bebé debió ser atendido en la emergencia e internado en Terapia Intensiva Pediátrica, al sufrir un paro cardíaco, que por fortuna pudo superar.
Consultada por Democracia, la directora del HIGA, Alicia Ramallo advirtió que “cualquier sustancia tóxica puede transmitirse mediante la leche materna y contagiar al bebé”.
Según pudo averiguar este diario, la pareja estaba pasando unos días en el Parque Natural “Laguna de Gómez” y en un primer momento el niño habría sido asistido en la salita sanitaria de ese lugar para luego ser trasladado al Hospital. Los profesionales creen que la cocaína se transmitió a través de la lactancia.
Ahora, la tenencia de la criatura de tres meses de vida quedará en manos de los abuelos, en conjunto con los padres.
“Una epidemia”
Este caso que se dio en Junín está inmerso en una realidad que se da en distintos puntos del país. No es un caso aislado. En noviembre último, un bebé fue internado por intoxicación con cocaína en Berisso y en el Hospital de Niños Gutiérrez se habla de un record de bebés afectados por la droga: 31 casos de chicos con sustancias en la sangre, dentro de los 570 que llegaron a la consulta.
La pediatra del Departamento de Toxicología de dicho hospital, Margarita Marchán, afirmó que la cifra es alarmante y habló de una “epidemia”. “Es una problemática cotidiana, podríamos hablar de una epidemia porque el aumento de los chicos expuestos a sustancias de abuso va en una progresión geométrica impresionante”, dijo al canal capitalino TN. Es que en las estadísticas de los bebés diagnosticados en 2016 contabilizaron 9 chicos intoxicados, en 2017, 23 y el número este año trepó a 31.
Según el informe, el 29% de los nenes que tenían cocaína en la sangre eran de menos de 28 días, el 34% menos de seis meses y el 18% entre 1 y 3 años. La pediatra indicó que estos datos solo corresponden a los casos que logran detectar en el Gutiérrez, ya que ese centro de salud cuenta con un kit de diagnóstico para encontrar sustancias de abuso a través de la orina. “La mayoría de los hospitales no tiene esta posibilidad, seguramente es un número relativo en relación a la población en general”, advirtió.
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