Iba a correr mucha sangre. Demasiada. Con un cuchillo de cocina, Jonathan Casazza, de 27 años, terminó brutalmente en la madrugada de ayer con las vidas de su madre y su abuela, Rosana Casazza (55) y Marta Beatriz Casazza (75), respectivamente.
Tras el hecho consumado, la casa situada en Rivadavia 1011, en barrio Belgrano de Junín, era, en efecto, un reguero de sangre, pero no era el final de esta madrugada de locura y de muerte. Con el torso desnudo y ensangrentado, y dos cadáveres todavía calientes, a las 5.50, el homicida fue hasta la estación de servicios de Rivadavia e Intendente de la Sota, compró cigarrillos, una caja de profilácticos, y le confesó el crimen a la empleada. “Ya me siento realizado”, se descargó.
Y minutos más tarde, el asesino, que estuvo internado en 2015 y con tratamiento psiquiátrico ambulatorio, fue interceptado por un móvil policial y detenido, en esa misma esquina.
Con intervención de la fiscalía a cargo de Esteban Pedernera, la causa fue caratulada como “Doble homicidio calificado por el vínculo y robo simple en concurso real”, hecho que ocurrió, según las pericias, entre las 3 y las 5.45 en una vivienda situada en Rivadavia 1011, donde vivían el agresor y las víctimas.
“Tenía manchas de sangre”
“Llegó a la estación a comprar un atado de Phillips Morris y una caja de Tulipán. Cuando pidió fiado un chicle, mi compañera, que estaba atendiendo en ese momento, le dijo que no y él le contesto: ‘No importa, yo total ya me siento realizado porque maté a mi mamá y a mi abuela’”, relató a Democracia Laura Ferreri, encargada del shop en el turno tarde.
“Mi compañera vio que tenía manchas de sangre en el cuerpo, debajo del brazo y en el tórax, y no tenía signos de haber estado alcoholizado”, amplió.
Luego de ese momento, el joven se dirigió a la playa de servicios donde se encontraba una señora cargándole nafta a la moto. “intentó subirse a la moto y quería irse con ella. ‘Yo me voy con vos’, le dijo el muchacho. Inmediatamente la mujer le contestó ‘qué te pasa querido’ y se lo sacó de encima”, contó Ferreri. “Después manoteó los picaportes de una camioneta Renault Kangoo perteneciente al crematorio”, agregó.
En ese momento se dirigió hacia Sofía Motos, un comercio cercano, rompió la vidriera y robó una bicicleta. Tras ello, regresó a la estación de servicios. Según Ferreri, de los nervios que tenía, la empleada que atendió a Casazza en el kiosco, no pudo llamar a la policía. “Me dijo que mató a la madre y a la abuela”, le advirtió la empleada del shop al playero de la estación. “No viste que está todo ensangrentado”, le dijo. De esta manera el empleado llamó al 911 y rápidamente fue detenido.
Crisis psiquiátrica
Tras ser capturado por el personal policial, Casazza fue trasladado al Hospital Interzonal General de Agudos de Junín, debido a una crisis psiquiátrica y emocional.
“Tenía un estado de descoordinación psicomotriz absoluto, estaba desorientado, tembloroso, excitado y verborrágico, con un lenguaje de mucho delirio. Se llamó a una médica psiquiatra para que lo analizara, para ver si podía declarar”, explicó el fiscal Pedernera a Democracia.
“La médica Elsa Gómez Panizza, jefa del sector de Salud Mental del Hospital, dijo que se trataba de una psicosis crónica con desorientación en tiempo y espacio, y descompensación. Él quedó internado en el Hospital Interzonal. Nosotros vamos a pedir un traslado para una internación más específica y farmacológica”, afirmó Pedernera.
“El martes próximo vamos a pedir la pericia psicológica y psiquiátrica para determinar la capacidad jurídica para enfrentar un proceso", precisó. De esta manera podría tener una medida de seguridad a cumplir en un establecimiento psiquiátrico de naturaleza penitenciaria, como por ejemplo Melchor Romero.
“Hay cuatro cuchillos secuestrados”
En la vivienda de Rivadavia 1011, las mujeres aparecieron sin vida en distintos ambientes. Es que, según explicaron los investigadores, la mujer de 75 años, Marta Beatriz Casazza, se encontraba despierta y sentada en la cocina cuando fue atacada por su nieto, que tiene lastimaduras en el tórax y debajo de la axila, que serían el resultado de la defensa que dispuso su abuela. En tanto, Rosana Casazza, de 55, falleció de forma inmediata y fue asesinada cuando se encontraba durmiendo en la cama.
“Hay cuatro cuchillos secuestrados de uso doméstico. Como había mucha sangre en el piso y en la mesa, no sabemos cuál usó, ya que estaban todos manchados", señaló el fiscal. Cabe destacar que en las imágenes de Facebook, el joven se muestra con sables. Por su parte, la empleada de la estación de servicios indicó que “la abuela tenía un pañal y la madre estaba boca abajo, con las manos tomándose el cuello, que estaba cortado. Cuando fueron a reconocer los cuerpos, alrededor de las 10 de la mañana, explicaron que además estaba la Play Station prendida, como si hubiese estado jugando”.
Un vecino que pasaba en ese momento, informó que “en la casa de atrás vive la tía abuela del muchacho, quien dijo no escuchar nada”.
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