Varela es observado por los familiares y amigos de Camila.
EN EL TRIBUNAL ORAL Nº 1 DE JUNÍN

José Carlos Varela enfrentó el juicio por el homicidio de Camila Borda

El fiscal, Dr. Sergio Terrón solicitó la pena de reclusión perpetua para el imputado por el crimen de Camila Borda, hecho que ocurrió el 25 de febrero del corriente año. Las pericias psicológicas detallaron que posee una personalidad esquizoide, pero no psicótica.

El reloj marcaba las 10.42, cuando en el sexto piso del edificio de los Tribunales de Junín, José Carlos Varela de 40 años se cruzó nuevamente con la familia de la víctima, desde aquel 25 de febrero del corriente año, día en el que apareció asesinada la menor de 11 años, Camila Borda, un hecho que conmovió a toda la sociedad.
En el marco de la causa caratulada “homicidio con alevosía, abuso sexual con acceso carnal y criminis causa” con el agravante de “violación seguida de muerte”, en la sala del Tribunal Oral 1 de Junín se realizó el juicio contra el único imputado, Varela, por el homicidio ocurrido en una quinta ubicada en calle Arias al 1550, a quien la Fiscalía a cargo del Dr. Sergio Terrón, solicitó la pena de reclusión perpetua.
Tras el hecho, el parquero de esa vivienda fue trasladado a la Unidad Penitenciaria 3 de San Nicolás, con prisión preventiva donde permaneció alojado hasta el día de las audiencias. En el transcurso de estos meses, en relación a las pericias psicológicas, Varela admitió en todo momento no recordar lo sucedido aquella tarde de domingo de febrero.
Según la conclusión final de los profesionales que lo atendieron, el homicida sufre una personalidad con trastornos esquizoides, cerrada, con falta de afectos, pero que “no deja rastros de personalidad psicótica, ya que el psicótico pierde noción de la realidad”.
Ese mediodía, Camila había salido a hacer un mandado, a bordo de su bicicleta, desde su casa hacia el kiosco de mitad de cuadra. Ante la tardanza en su regreso, su mamá Alejandra, comenzó a buscarla en el barrio, se dirigió a la Comisaría Primera y se sumaron los efectivos policiales quienes pudieron constatar, dialogando con los comerciantes, que la menor ya había realizado la compra.
Sólo restaba investigar en la casa quinta de Arias 1559 donde los vecinos habían golpeado en varias ocasiones sin respuesta alguna del único morador poco conocido en el barrio, que en ese momento tenía “la música fuerte”.
Los dos uniformados, que hasta ese momento se abocaban a la búsqueda, lograron que Varela abriera la puerta para dejarlos pasar al interior donde se encontraron con lo peor: Camila se hallaba tendida sin vida en la bañera del baño privado de una habitación ubicada en la planta superior.
“Cuando subimos, este hombre nos dijo que el baño estaba clausurado porque tenía una pérdida de agua. Entramos, mi compañera abrió la cortina y se encontró con el cuerpo de la nena atada de pies y manos, con la cara tapada con una bolsa y un cable en el cuello. Ahí se tiró al piso, se agarró la cabeza y lo aprehendimos”, explicó Brian del Río, oficial de Policía.
“Luego encontramos la bici en la parte de abajo, detrás de una hendija. Procuramos cuidar la escena del crimen y al sospechoso para que no entre nadie, ya que había mucha gente entrando a la casa con intenciones de agredirlo”, agregó en su declaración. 
Por su parte la oficial Julieta Moyano, compañera de Del Río, explicó que “cuando encontramos a Camila le empezamos a decir a este hombre que se quede quieto y le gritábamos ‘qué hiciste’, pero no hablaba”.
 


“Sentí un ladrillazo en mi cabeza”
Alejandra Bearzabal, mamá de Camila fue la primera en prestar declaraciones ante el fiscal y los jueces. “A las 11.30 la mandé a hacer un mandado, puse el lavarropas 15 minutos después y pregunté si había vuelto. Ella era una nena que siempre volvía enseguida, por lo que salimos a buscarla. Luego llegó mi marido y fuimos en la moto hacia el sector del puente de El Carpincho”, relató.
“Hicimos viral la foto en la redes, fuimos a la casa de la abuela y de su tío quien era de pasarla a buscar. Llamé a mi hermana quien luego me dijo que en la quinta de calles Arias y 2 de Enero había huellas de bicicleta”.
“En ese momento ya estábamos con los policías quienes escucharon lo que dijo mi hermana y fueron hacia esa vivienda. Había música fuerte y los vecinos ya habían golpeado la puerta, pero no atendía nadie y las cortinas se movían”.
“Cuando intento regresar a mi casa, se escucharon unos fuertes gritos de la gente que había logrado entrar. Luego entré yo y mi hija estaba sin vida. Sentí que me golpearon con un ladrillo en la cabeza. Me desmayé y me llevaron en una ambulancia”, rompió en llanto la madre de Camila.
Y pudo continuar: “A Varela lo tenía de vista y ha venido a pedir agua a casa. Ahora todas las noches no puedo evitar ir a buscar a Camila en su cama”. 
Brian Alexis Imas, otro testigo presencial del hecho, afirmó: “Cuando pude divisar la bicicleta de Camila oculta debajo de la escalera de la casa quinta, escuché el grito de la oficial de policía y la gente entraba y le pegaba a Varela. Yo la vi a Camila en la bañera, pero luego la llevaron a otra habitación”.
Agustín Barzabal, hermano de la menor asesinada, describió el momento: “Fuimos con la policía a la casa quinta, abrió Varela, estaba nervioso, se le caían las llaves y abrió y cerró varias veces la puerta”.

“Entró porque había alguien de confianza”
La abuela, Marta Bordón, apuntó: “Más allá de la pena, Camila no va a volver. Para mí ella no entró por voluntad propia a la quinta, ya que confiaba solo en las personas que las rodeaban. Si alguien le preguntaba algo ella decía ‘pará que le pregunto a mi mama’”.
“Si Camila entró es porque había alguien de confianza adentro y pido que se siga investigando. Camila tenía miedo de vivir ahí y siempre decía que en la madrugada alguien la miraba desde la ventana y la amenazaba”, exclamó.
Tenía personalidad y le hacía frente a cualquier desconocido”, subrayó.

Las pericias forenses
La perito forense Carolina Pérez, indicó que Camila “tenía las dos manos por detrás atadas con cintas de plástico, un cable sobre el cuello y el cuerpo estaba vestido. Hisopamos todo el cuerpo y en la ropa interior observamos una mancha de sangre”.
En la vagina tenía sangre y estaba dilatada y tenía un pequeño desgarro a la altura de las 9. Luego en autopsia, la patóloga descubrió dilatación en el cuello compatible con la introducción manual.
El ano estaba completamente dilatado de 2 centímetros con signo de violencia y materia fecal con sangre. Entre las 11 y las 2 tenía la mayor agresión. Luego encontramos escoriaciones, lesiones en el cuello tipo surcos que fue lo que provocó la asfixia mecánica que le causó la muerte.
“Es muy difícil vestir a un cuerpo”, concluyó la perito en relación a cómo habían encontrado a Camila. De esta manera se supone que Varela la obligó a vestirse antes de matarla.

Rasgos esquizoides y no psicóticos
La Dra. Bruno explicó que “la pericia psicológica y psiquiátrica hace suponer que el hombre tiene rasgos esquizoides, con dificultades de establecer lazos emocionales o afectivos, con inhibiciones desde muy temprana edad”.
Y destacó: “En todos los rasgos dan como resultado que Varela tiene una memoria simulada, actuando como si no pasara nada. Generalmente los esquizoides son muy reprimidos en el impulso sexual y se puede sublimar. Tarde o temprano hay una irrupción conductual y puede tomar cualquier camino”.
“Descarto un brote psicótico porque es una desconexión con la realidad. La violencia que se pueda desatar depende de cada personalidad. Puede pasar que no lo pueda manejar, pero nunca pierde la capacidad de juicio. Simular que está bien debe haber sido una constante para él”, concluyó.
Por su parte, la Dra. Calvet declaró que estuvo con Varela en cinco oportunidades. Siempre fue tranquilo, y actividad psicótica no aparece, ya que tenía conciencia. Le hicieron tomografía y electroencefalogramas que no advirtieron ninguna falla orgánica”.
En la evaluación de “batería de simulación veo sobresimulaciones y los parámetros son normales, ya que sabe diferenciar entre el bien y el mal. Puede significar la aparición de síntomas nuevos”, explicó. 
“Esta falla puede ser sobresimulada o posterior al stress y utilizada como defensa. No hay síntomas de que sea psicótico en las evaluaciones y tampoco tiene antecedentes”, informó
Por último, el Dr. Gustavo Villafañe afirmó que “está comprobado que no tiene nada orgánico. El imputado refiere no recordar el homicidio, lo que puede ser simulación o no. Esta disociación es un mecanismo de defensa como la amnesia selectiva y es una manera de reprimir el hecho aberrante. Arma un escudo de defensa”.
“La personalidad esquizoide es un aplanamiento afectivo y no necesita de otra cosa. Crean su propio mundo de fantasía, no aparece perversión sexual, ya que estos trastornos generan desinterés sexual, pero no significa que no lo pueda hacer”, subrayó.
“No hay rastro de personalidad psicótica porque el psicótico pierde la noción de la realidad”, concluyó.

Alegatos
En los alegatos, el fiscal Sergio Terrón afirmó que “estamos frente a una pena de reclusión perpetua. Los testigos son contundentes con la declaración en la escena del crimen. Sobre la pericia coaxial la Dra. Pérez hace referencia a que el cuerpo tuvo múltiples golpes con penetración anal y vaginal”. 
“Las pericias psicológicas hablan de la amnesia selectiva, simulada y mentirosa, ya que vale destacar que cuando subió la policía, él escondió el cuerpo en el baño. Varela no presenta trastorno de memoria. Además se obtuvo ADN de Varela en los hisopados realizados tanto en el cuerpo como en las prendas de Camila”, continuó alegando.
“Hubo alevosía porque la menor no pudo defenderse. Aún queda saber cómo entró a la casa quinta. Como dijo la perito, Varela la obligó a vestirse, para luego matarla”, concluyó.
De esta manera solicitó la reclusión perpetua por el hecho caratulado “homicidio con alevosía, abuso sexual con acceso carnal y criminis causa”, con el agravante de “violación seguido de muerte”.
El defensor oficial, Dr. Gerardo Doyle, advirtió que no “voy a hacer cuestiones sobre la autoría y la materialidad del hecho”. El abogado solicitó la inconstitucionalidad de la pena solicitada y declaró a Varela inimputable porque sus actos pudieron haber sido causados por episodios psicóticos de corta duración.
El 15 de noviembre, los jueces Miguel Ángel Vilaseca, Karina Piegari y Esteban Melilli darán a conocer el veredicto.