Se suponía que los modernos sistemas anti-robo de los coches debían mejorar la seguridad, pero los ladrones han encontrado la forma de vulnerar este tipo de dispositivos. Ahora es más fácil robar con una llave inteligente que con la clásica de toda la vida.
Con un sencillo equipo electrónico, las modernas llaves inteligentes están siendo puestas en jaque en la actualidad, ya que en los últimos meses hubo varios casos en Junín y Lincoln donde delincuentes, oriundos del conurbano y Rosario, han podido abrir las puertas de los vehículos en ausencia de los propietarios.
Un caso reciente ocurrió el 5 de julio último en calle 12 de Octubre donde dos personas lograron abrir una pick up estacionada en la puerta de una concesionaria de autos. Rápidamente fueron advertidos por un guardia de seguridad privada y uno de ellos pudo ser interceptado por un vecino en inmediaciones del Automóvil Club Argentino (YPF).
Pero hay un remedio para este problema, y es tan simple, barato y de fácil acceso como comprar papel aluminio. Resulta que envolver las llaves del auto en ese material puede evitar muchos robos.
Las características de este producto de supermercado, le permiten absorber la señal de la llave universal, haciendo más difícil que se pueda copiar el código. Así, las señales que emite no podrán ser interceptadas por el hacker.
“Estamos hablando de una forma de comunicación a través de ondas electromagnéticas, como la radio o la televisión", explicó a BBC Mundo Moshe Shlisel, director general de GuardKnox Cyber Technologies, una agencia de ciberseguridad. "Es como si la cerradura se abriera con una canción. Si conozco la canción, puedo abrir tu cerradura".
¿Cómo sería el robo? "Llegás a una casa que tiene un auto estacionado al frente, detectás una llave a diez pasos dentro de una habitación y podés desbloquear ese auto. Mientras las herramientas estén disponibles, el escenario para estos robos me parece más y más probable", opinó al diario USA Today Clifford Neuman, director del Centro para la Seguridad de Sistemas Computarizados de la Universidad del Sur de California en Estados Unidos.
Por protocolo informático o radiofrecuencia
Desde hace años se han integrado transpondedores en las llaves de los automóviles, un pequeño circuito electrónico que emite una señal con un código único que es detectado por el rodado para abrirlo y ponerlo en marcha.
Aunque cada auto tiene su protocolo informático de acceso, cualquiera con los conocimientos necesarios puede crear un programa que se salte esta barrera.
En este caso, lo que hacen los ladrones es llevar una llave con un código determinado, abrir y conectar un ordenador a la toma de diagnóstico del vehículo (OBD2, On Board Diagnosis) y “decirle” al sistema anti-robo que su nuevo código es el de su llave. Es un proceso que apenas les lleva dos minutos para poder ponerlo en marcha.
Sin embargo, hay otro sistema en la actualidad que también resulta vulnerable: se trata del conocido por la mayoría de las marcas como “llaves inteligentes“. Son muy cómodas para el usuario, porque no se necesita sacarlas del bolsillo, ya que detecta su presencia al acercarse al vehículo liberando el bloqueo de las puertas. Una vez dentro, basta con pulsar un botón para poner el coche en marcha y salir con él.
Este sistema funciona por radiofrecuencia. La llave emite una señal bastante débil y de corto alcance, y en cuanto se aleja el conductor de su auto, éste se cierra automáticamente. Aquí los ladrones tienen dos procedimientos delictivos.
El primero es utilizando un inhibidor de frecuencias. Ven un auto buscando estacionar que les interesa, lo siguen y, cuando el dueño se va, inhiben la señal de su llave inteligente, impidiendo que las puertas se cierren automáticamente.
La segunda es más reciente: a más distancia, el coche no detecta esa señal y permanece bloqueado. Lo que hacen los malvivientes es aumentar el alcance de la frecuencia que emite la llave mediante amplificadores y repetidores de señal, que el vehículo la recibe a esa distancia y el coche se abre.
Aunque los fabricantes de automóviles mejoran constantemente sus sistemas anti-robo, los ladrones también están cada vez mejor preparados, ya que los actuales sistemas de seguridad de los coches no dejan de ser meros programas informáticos, susceptibles de ser hackeados.
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