Kicillof
Kicillof
ANÁLISIS

Una reunión explosiva, un anuncio clave y la puerta abierta a la ruptura en el PJ

Fin del misterio que tuvo en vilo al peronismo bonaerense en las últi mas semanas. El gobernador Axel Kicillof anunció ayer el desdobla miento de las elecciones de este año: cargos provinciales y municipales el 7 de septiembre; los puestos na cionales (diputados en este turno) el 26 de octubre, como ya había es tipulado el gobierno de Javier Mi lei.

Por la tensión previa que se vi vió en el PJ provincial, la decisión de Kicillof supone un quiebre en el oficialismo, para muchos una rup tura, que sitúa del otro lado nada más ni nada menos que a Cristina Kirchner. Se vienen horas decisivas.

La expresidenta pretendía que este año se realizaran elecciones concurrentes en la Provincia. Esto es: que el mismo día de octubre con vivieran el viejo sistema de lista sá bana para las postulaciones provin ciales y el nuevo mecanismo de Bo leta Única de Papel (BUP) para las nacionales. La imposibilidad de esta dualidad es el argumento central que expuso Axel para explicar el desdoblamiento, algo que han he cho casi todos sus colegas goberna dores.

 

ENTRE LO TÉCNICO Y LA POLÍTICA

Más allá de la cuestión técnica es grimida, que es real según todos los simulacros realizados, la firma del decreto es leída en el mundillo po lítico como un gesto de desafío del mandatario al liderazgo de Cristi na en el PJ, quien además maneja el sello bonaerense de ese partido vía su hijo Máximo.

Es, por otra parte, algo inédito en Axel, quien tiene una larga his toria de una lealtad que bordeó siem pre la sumisión con su mentora. En ese contexto, supone un paso más en su estrategia de moldear un per fil propio, de insinuaciones inde pendentistas sin renegar del pasa do, para la construcción del cami no hacia su proyecto presidencial en 2027.

No obstante, parece una obse sión de Kicillof que la historia no lo recuerde como el hombre que rom pió con Cristina. Ayer, en la confe rencia de prensa, regaló dos prome sas dirigidas al kirchnerismo duro, que quedó en llamas.

Una: “Este gobierno y este go bernador nos comprometemos a militar en ambas elecciones con la misma intensidad”, leyó. Le estaba diciendo a los Kirchner que procu rará que no pase lo que ellos pien san que puede suceder: que los cau dillejos peronistas del Conurbano se desentiendan de trabajar para la boleta del PJ que competirá a fines de octubre porque más de un mes antes ya habrán resuelto la situa ción en sus distritos (básicamente, el poroteo de los concejos delibe rantes) y se habrá conformado la nueva Legislatura.

Dos: “Vamos a seguir trabajan do por la unidad de quienes nos opo nemos al gobierno de Milei”. Fue un aviso ante el escenario posible: si se parte el peronismo, no es por que él quiera.

 

UNA REUNIÓN QUE NO TERMINÓ BIEN

Ese tironeo dialéctico, que parece casi adolescente, prologó el anun cio de ayer. Por días sobrevoló la po sibilidad de un quiebre entre los so cios de Unión por la Patria por el tema electoral pero ninguna de las partes -ni el kicillofismo ni el cris tinismo- quería aparecer como el fogonero de la ruptura. Si se rompe es por el otro. Hasta el domingo úl timo, cuando en una reunión reser vada en La Plata terminaron volan do por los aires los puentes que se querían construir.

El intendente Julio Alak fue el anfitrión en una casona sobre el eje histórico. Estuvieron Axel, Máximo y Sergio Massa, la otra pata de la coalición oficialista. Y además Car los Bianco, ministro kicillofista; Fa cundo Tignanelli, alfil K en la cá mara baja provincial; Alexis Gue rrera, el massista titular de ese cuer po y un puñadito de intendentes alineados con Cristina.

Las fuentes consultadas del PJ usaban ayer palabras, digamos, es catológicas para describir cómo ha bía terminado el encuentro. Bási camente ninguno cambió de pos tura respecto al tema electoral pero, además, Axel se habría ido con la certeza de que nunca cambiará la posición cristinista respecto a la re lación de poder en la alianza. Es que después de ganar su reelección en un escenario de derrota catastrófi ca del peronismo en general, Kici llof pretende ser un par, consensuar decisiones como mínimo con la ló gica del 33%, pero en cambio se ha bría encontrado con la insistencia de la idea de que debería ser, en ri gor, un “delegado”.

Así, alrededor del mediodía de ayer el gobernador se reunió con ministros e intendentes que con forman su corriente interna Movi miento Derecho al Futuro. Comu nicó su decisión, obviamente aplau dida porque era lo que le pedía su entorno, donde muchos están con vencidos de que hay que enfrentar a Máximo y a su madre.

En su anuncio, Kicillof culpó a Mi lei por el cronograma electoral que quedó configurado en la Provincia. Sobre todo por aquello de que el Gobierno avanzó con la BUP en el Congreso, un sistema sobre el cual existe cierta unanimidad respec to a que será más saludable para la democracia y que fue votado por casi todas las fuerzas políti cas, menos por el kirchnerismo. “Ponen en riesgo el acto de votar”, prefirió interpretar el gobernador. Cabría la pregunta de porqué en Buenos Aires no imperó la sufi ciente madurez política en los par tidos de todo signo para conseguir algo similar, pero eso es harina de otro costal.

Según la lógica del gobierno provincial, lo ideal es que este año no haya PASO -como suce de a nivel nacional- para evitar que los bonaerense vayan tres ve ces a las urnas, si se cuenta ese test que por ahora tiene fecha 13 de julio y las dos generales. Por eso Kicillof anunció que enviará un proyecto propio para que la Legislatura lo trate. Tal vez con siga el apoyo opositor. El kirchen rismo puro, mayoría en el bloque peronista, parecía anoche poco proclive a darle una mano: como se vio la semana pasada, lo ideal para ellos hubiera sido que se sus pendieran las primarias sólo si se llamaba a elecciones concu rrentes en octubre.

 

LA MOVIDA LEGISLATIVA

Por eso la decisión de ayer de Axel también supone un gambito a una jugada que habían ideado Maxímo y Massa y que se discu tió mucho en la reunión del do mingo: la sesión de hoy en Dipu tados para tratar, justamente, un proyecto que pretendía la unifi cación con suspensión de las PASO. En toda esta novela, el de Tigre -de bajo perfil desde que Milei le ganó las presidenciales- viene presentándose como un moderado, un cruzado de la uni dad, una especie de cardenal Sa moré que busca la paz peronis ta. Se verá ahora dónde se sitúa en el caso de que se concrete una ruptura entre Kicillof y Cristina.

Porque además resta saber si se cumplirá la última amenaza de Cristina en la guerra de ner vios que precedió al anuncio de ayer: había dejado saber que, si se desdoblaban los comicios, ella sería candidata a diputada pro vincial por la Tercera Sección Electoral. Esto es en el sur del Co nurbano, que aglutina a su nú cleo duro de apoyo y, de hecho, define su estatus político actual: un fenómeno focalizado en esa populosa zona pero desde don de, con notable capacidad per sonal y hasta ahora nada serio enfrente, ha logrado condicionar al peronismo de todo el país.

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