La mayoría de los juninenses se mostró  a favor de mantener el empedrado
ENCUESTA DE LA SEMANA

La mayoría de los juninenses se mostró a favor de mantener el empedrado

El 63,3% (304 lectores) de los votantes consideró que debía protegerse el adoquinado, mientras que el 36,7% (176 votantes) entendió que debían asfaltarse tales arterias de la ciudad. Participaron del sondeo digital 480 lectores.

La mayoría de los votantes en la encuesta semanal de Democracia, que se publica en el portal web del diario (www.diariodemocracia.com), consideraron que deben mantenerse las calles de empedrado en Junín y no asfaltarlas. 

En efecto, el 63,3% (304 lectores) de los votantes consideró que debía protegerse el adoquinado, mientras que el 36,7% (176 votantes) entendió que debían asfaltarse tales arterias de la ciudad. Participaron del sondeo digital 480 lectores.

En las redes, sin embargo, los comentarios estuvieron mayormente centrados en los problemas que ocasiona para el tránsito, principalmente cuando se circula en moto.

En tal sentido, algunos de los comentarios en las redes sociales de Democracia fueron los siguientes:

"Es una porquería el empedrado, rompe todo. Y esos plásticos de porquería que pusieron por toda la ciudad, era mejor hacer lomo de burro. Es más, quedan los tornillos afuera y nadie controla nada." (Carlos Rizzi)

"Si bien fue patrimonio de la ciudad, ya necesita modernización. Es un caos andar en motos o bicicletas e incluso los autos." (Olga Maria Toso)

"La gente a la que le gusta el empedrado es la que no anda en bicicleta."  (Alex Wolfenson)

"Escuché gente (ahora mayor) decir que el empedrado era un billar y comenzó a unirse o desnivelar cuando pasaron las cloacas y se hacían las conexiones. Las casas antes todas tenían pozos ciegos." (Maximiliano Gallese)

"El patrimonio y la historia te deja sin tren delantero ni trasero... Me parece que ya es hora de ir tapando la historia." (Gerardo Russ)

"La historia es hermosa, pero primero no están colocados prolijamente como en Pergamino, por ejemplo. Te rompen y desarman una moto, autos, etc." (Pichy Faustino)

"Más que historia centenaria, historia millonaria para los mecánicos de Junín." (Art Deco)

Un poco de historia

Fue en 1919 cuando la Municipalidad contrató a la empresa constructora Bruzzi y Lombardi para la pavimentación de 65 cuadras con adoquines de granito rojizo, abarcando la zona que va desde Lavalle hasta General Paz y desde Lebensohn hasta 25 de Mayo.

Dichos trabajos cambiaron notablemente la fisonomía de la ciudad y rápidamente advirtieron que el pavimento debía extenderse, dado que zonas densamente pobladas ya en esa época, como Pueblo Nuevo o el actual barrio El Picaflor, permanecían con las calles de base natural.

Así fue como en 1926 el Municipio decidió ampliar la cobertura de pavimento en un 300%, con el adoquinado de 190 cuadras más en un plazo de dos años. Esta vez la contratista sería la Empresa Anglo Argentina de Afirmados, propiedad de Luis Finochietti y Miguel Eidelberg, que ya había hecho obras similares en las ciudades de Córdoba y Buenos Aires.

La firma realizaba tareas de afirmado en granito, asfalto, madera y macadam, y también llevaba a cabo importantes obras en hormigón armado.

El trabajo en Junín debía incluir base de hormigón y cal hidráulica, con una terminación y apisonamiento igual al que se realizara en la Capital Federal.

Eidelbeng y Finochietti fueron los únicos empresarios del país en aceptar un trabajo de esta magnitud, dado que ninguna otra empresa provincial ni de la ciudad de Buenos Aires había efectuado hasta entonces una obra de esa índole en un solo contrato y en ese plazo.

La empresa era dueña de grandes canteras en la provincia de Córdoba, cercanas a las localidades de La Calera, Sampacho y Suco. La ubicación estratégica de las mismas, fuente de la materia prima, le permitía facilitar la logística y efectuar obras de gran valor muy rápidamente en toda la zona central del país.

El 10 de marzo de 1926 comenzaron los trabajos y se prolongaron por casi dos años, hasta fines de 1927. En esta oportunidad se utilizó afirmado de granito gris azulado, con una terminación más lisa que la de la primera pavimentación.

Las obras estuvieron supervisadas por el capataz general Ernesto Milanessi y los empleados principales Alejandro Rincón e Ignacio Eidelberg.

El avance alcanzó un ritmo de 3 cuadras por semana, lo que significó un nuevo récord para la empresa, teniendo en cuenta que se trabajó solo los días hábiles.

La gran mayoría de las cuadras adoquinadas en esta segunda etapa se han mantenido sin cambios hasta nuestros días. Pueden verse principalmente en Pueblo Nuevo y en El Picaflor.

Gracias a estos trabajos, a fines de la década de 1920 Junín ya contaba con más de 250 cuadras pavimentadas con granito, todo un récord para la época.

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