Nada
La imposibilidad de no comunicar.
Justo cuando estaba por enviar esta columna me aparece la noticia, de esas que brotan en las redes. Se trata de la confirmación de la importancia que tiene la escritura. Así sea una transacción cotidiana, en apariencia muy simple, que concluye en un error por la falta de pericia en la redacción. En la columna de hoy refuerzo la idea, es imposible no comunicar y hacerlo bien es un diferencial.
Ya no hablamos de un texto técnico y complejo sino de enunciados operativos, mensajes que, por ausencia de un punto, una coma, un signo de interrogación o un entramado sintáctico coherente termina en confusión fatal. El estímulo para escribir el tema de hoy fue el usuario de una tienda online a quien le estamparon ¨mangalarga¨ en el dorsal de su camiseta por interpretar que ese era su apellido cuando en realidad se trataba de la característica de la prenda solicitada. Una situación habitual, de tantas que suceden, en temas comerciales o sociales.
Pero vos me dijiste, no yo no te dije. Si, fijaste en el mensaje. Me gritaste, estaba con mayúsculas. ¡Ah! ¿Era pregunta? Textos escritos, audios, tonos, signos. La comunicación es hoy un atributo para quienes saben usarla, ya no profesionalmente sino con un poquito de atención. Profesionales que a veces dejan pasar detalles que serían vitales para completar su perfil de conocimiento. Sabe mucho, pero no se le entiende nada, se escucha por ahí.
Partimos de la premisa de que es imposible no comunicar, incluso la no acción, comprende un comportamiento comunicativo, básicamente porque no depende de nosotros sino del otro, que es quien completa de sentido lo que decimos, o, mejor dicho, lo que dejamos de decir.
Nada, como decían los adolescentes de otras generaciones, cada dos palabras y a modo de muletilla, nada, tipo nada. Nada no es nada, nada es mucho, porque nos hacia pensar que quienes decían nada todo el tiempo tenían alguna dificultad ¿nada que nene? ¿Cuántas veces dije nada?
No importa a que te dediques, hablar, escribir, callar, escuchar, gesticular, responder o no hacerlo. Preguntar, defender, argumentar, criticar o halagar. Todo constituye un acto de comunicación, factor clave para desarrollarnos o simplemente para vivir en sociedad. Está claro, la forma de expresarnos es la manera en la que llegarán nuestros pensamientos.
El brazo ejecutor de nuestras acciones, de lo que queremos que suceda. Un pedido, un planteo, un argumento de la vida personal o profesional.
Nada, la nada no existe, porque la comunicación se desarrolla no solo en el plano del contenido sino además en la relación, por eso te sugiero que empieces a ponerle punto final al desgano de las formas, a que no te comas los signos de interrogación, y no te olvides de las tildes, te pueden cambiar la vida. No tengas miedo de sumar la emoción de un signo de admiración. No te rindas, no te apures, hacelo despacio, hacelo bien. El WhatsApp también es un canal de comunicación y dice mucho de vos, nada, eso y es mucho, porque es todo, o nada.