Ya son más de 12 años desde que pegué la vuelta a la ciudad, tiempo suficiente para ver cómo desaparecieron marcas simbólicas que no lograron adaptarse a los cambios; rupturas que fui describiendo en esta columna. Hoy quiero destacar una nueva generación de emprendedores, comerciantes y profesionales que encuentran el camino para reinventarse y ser visible. Celebrar a quienes de a poco van incorporando nuevas herramientas para salir de las cuatro paredes y dejar de mirarse el ombligo.
Muchos de ellos fundamentan su acción en la persecución de tendencias. Su lógica es lineal y aplican un razonamiento tan directo como: "si todos hacen esto, yo también tengo que hacerlo". En este punto, algunos caen en el ridículo, porque hay profesiones, actividades, personalidades o etapas de la vida que no resisten ciertas prácticas. Surgen así videítos y contenidos que son más propios de una comedia de bajo presupuesto que de una pieza para construir confianza y vender.
Hay otros que van más allá, definen un modelo de negocio y, a partir de ese punto, desarrollan una estrategia de contenidos que les posibilita establecer vínculos. Verdaderos estrategas que toman en serio la idea de abrir el negocio y orientarlo hacia la gente. Forman parte de una nueva generación, y no me refiero a una cuestión etaria, sino de pensamiento. Personas que supieron escuchar; negocios emergentes y otros que tienen mucha historia, pero que refrescan sus formas.
Son los nuevos creadores, quienes se toman esto del marketing y proyectan herramientas para la creación de contenidos vinculados a su negocio y dan a conocer, de forma lúdica y entretenida, los beneficios relacionados con su producto o servicio. Personas que buscaron ayuda y lograron potenciar el alcance de la propuesta manteniendo viva la llama comercial.
Especialidades médicas, heladerías, pets shops o locales de picadas. Independientemente del rubro, lo importante es definir un plan de acción, que no siempre pasa por las redes, sino por crear situaciones, contenidos, momentos o circunstancias para potenciar los puntos de contacto con los clientes. No hay secretos. Es simplemente entender que negocios es sinónimo de diálogo o relaciones y nadie puede pretender desarrollarlo sin tener una comunicación activa, con un lenguaje acorde y por el medio que más se adapte a la situación.
Hoy celebro a esta generación que seguramente podrá sufrir los vaivenes o circunstancias propias de cualquier negocio que se desarrolle en este país, y que probablemente tenga momentos críticos. Pero de algo estoy seguro y es que a partir de la generación de ideas y acciones vinculadas a la protección de la marca, como capital fundamental, intangible e invalorable, estarán más contenidos, porque son creadores de una nueva economía.
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