MARKETING APLICADO

Canilla

Oportunidad o amenaza.

Esta semana tuve que comprar pintura. Como siempre, el impulso fue recurrir al negocio local, al de la esquina. Para mi sorpresa permanecía cerrado, aun cuando estaba dentro del horario comercial que ellos mismos informan en el cartelito de ingreso. Fue en ese momento cuando hice un clic mental que me condujo a buscar el producto en Mercado Libre. 

Buen día, buenas tardes, llevalo y después me lo pagás y todas esas bondades de la experiencia de compra física, cercana y amable están en riesgo en tiempos de búsqueda de precios. En mi caso fue por “accidente”, pero al día siguiente, comprando una canilla, me sucedió lo mismo. Y paso a contarles: se trata de una radiografía del comportamiento de los consumidores.  

Luego de hacer pacientemente la fila para ser atendido por la única persona que había en un local abarrotado de gente, pude “hacerme” de lo que buscaba a cambio de un precio que me dejó pensando. Fue en ese momento cuando la solidaridad de quien siente “estar en la misma”, un compañero de compras, me dijo: “¿Viste que locura el precio? Yo estoy comprando todo por internet, las diferencias son abismales”. Al subir al auto decidí corroborarlo. Busqué el mismo producto on line y la bofetada me dolió: la misma canilla, con entrega en 24 hs, estaba a la mitad de precio. Si bien no estaba buscando precios, sino una solución rápida, me sentí un ingenuo, por decirlo de alguna manera. ¿Comprar una canilla por internet? Raro. 

La situación está planteada, la integración geográfica por la masificación en el uso de los negocios digitales y la multiplicación de clientes exigentes e informados propone desafíos que pocos están entendiendo. La recurrencia de los clientes a la búsqueda de un producto por internet ya no se limita a zapatillas o tecnología. Ahora la gente compra materiales para la construcción, pintura, indumentaria, repelente y cualquier otra cosa que necesite. 

Conciente de los costos de un comercio físico, de las dificultades para pagar un alquiler, al personal y sostener los servicios, pero con la certeza de que es importante que los comerciantes vean esta nueva realidad, creo que es vital que hagan el clic para cuidar a los clientes en un contexto en el que diferenciarse es cada vez más difícil y la sensibilidad al precio se impone como primer variable. 

Por eso, es necesario saber “leer lo que viene” para mejorar la posición competitiva y tratar de actuar en consecuencia. Es tiempo de hacer un clic, un clic comercial, porque la canilla está abierta y no hay que dejar correr el agua.