Soldaditos
La cuerda de campaña.
Solo resta una semana para la primera contienda y las campañas incrementan su intensidad. En tiempos de pocos recursos económicos y bajo relieve dialéctico, la dinámica se nutre de una artillería con balas de fogueo. Cruces que poco le interesan a la sociedad y un rol emergente que toma protagonismo: los soldaditos de las redes.
Mientras las cabezas de las listas, temerosos por cometer errores, se protegen y evitan debates o cruces directos, salen al campo de batalla un grupo de militantes que “copan” las redes utilizando consignas semanales planificadas. Todos al mismo tiempo, de forma muy evidente y como si fuera una posición personal, usan sus perfiles para lanzar pequeñas acusaciones al rival, sin importar rangos.
Se trata de la conformación de una trinchera para salvaguardar los intereses de los generales, que se ocupan de las cuestiones más “limpias” de esta instancia preelectoral: entrevistas amables, recorridos por los barrios, cortes de cinta y besos a los niños. Pero claro, eso no es suficiente y alguien se tiene que embarrar, cuerpo a tierra y a disparar para que el frente de ataque se mantenga vivo, encendido.
Imagino una semana “tipo” en los bunkers de campaña. Reuniones de planificación y guionado para que la campana general tenga muchas campanitas secundarias y viralicen la temática que marque la agenda. Cuadrillas armadas con perfiles reales y algunos “trols” que de tan obvios dan un poco de gracia.
Por lo general se trata de párrafos clonados firmados por distintos perfiles, como si fueran posiciones personales. Solo algunos tienen la delicadeza de modificar un poco el cuerpo del texto. Por lo general todos usan más o menos la misma estructura retórica: “Es raro que Juan diga que hizo muchas obras cuando en realidad fue Pedro quien las desarrolló y potenció”. Artillería que busca la reacción del otro, intentos de incomodar en busca de reacciones que descoloquen al rival.
Con el paso de los años, las campañas políticas van mutando, desde las recorridas con vehículos “tuneados” con la imagen proselitista, spots publiciarios creativos que ridiculizaban a los candidatos, hasta los clásicos y siempre vigentes pasacalles, material de agresión y acusaciones cruzadas de campaña “sucia” por la desaparición de alguno de ellos.
Hoy la agenda está marcada mucho más por estos cruces que por cuestiones reales y que demandarían un debate sincero. Poco se habla de la realidad económica y social, solo se sigue dando “cuerda” a la “rosca” y ahí van los soldaditos, marchando con la premisa del tema semanal con lemas cruzados.
Entre tanto fogoneo estéril y siempre en el medio, los civiles, personas que nada tienen que ver con esta guerra. Personas con la ilusión vencida y la obligación de elegir un candidato. Gente de a pie que busca despejar “x” entre tanto barullo de batalla, alguna idea, un plan de gobierno, una esperanza. Quizá empezar a identificar a los soldaditos y desnudar los mecanismos electorales sea el primer paso para buscar entre tanto fogoneo alguna consigna que nos represente. Es importante, no le demos más cuerda, acordemos cómo seguimos.