Nuestra ciudad ha dado grandes pasos bajo la gestión de Juntos por el Cambio. Hace 8 años esta ciudad empezaba un camino de cambio que ha dejado aciertos y también aspectos que hay que mejorar. La ciudad necesitaba modernizarse, y en parte lo hizo. El colectivo o el relleno sanitario son algunos de esos hitos.
Para los que no somos profesionales de la política, no tiene demasiado sentido ver los vasos medio vacíos. Prefiero quedarme con lo que se avanzó desde el estado municipal, sin reparar en si la gestión fue la de Miguel, de Meoni o de Petrecca. Lo importante es lo que logramos avanzar y lo que nos queda por hacer.
Estamos en un contexto difícil. No es que los argentinos, los bonaerenses o los juninenses no hayamos pasado antes por momentos complicados. Pero en esta crisis se suman factores que harán la tarea complicada a cualquiera que se ocupe de la gestión: un aumento inédito de las cifras de pobreza, un desgaste masivo de infraestructuras productivas y logísticas que se va reparando de a poco (más como parche que con un plan) y, por último, una desconfianza generalizada de los ciudadanos: no ya hacia la política, sino hacia el mismo estado, al que equipara a una coreografía de movimientos, fotografías o anuncios que son declarativos, simples enunciados de deseos. Ya no confiamos en un estado que hace muecas, “hace como que hace” pero, al final, nos quedamos igual.
Cuando decidí iniciar el camino de ser candidato a la Intendencia de Junín me propuse dos cosas: decir la verdad y ser claro en lo que digo. Tengo una empresa y muchos me conocen liderando una cámara empresarial. Quienes gestionamos un negocio, como quienes administran una familia o un emprendimiento, saben que los principios, los valores, son siempre los mismos: ver la realidad tal como es y tener total claridad sobre lo que se quiere. Eso es lo que pretendo al hacer campaña para que Junín recupere el movimiento: verdad y claridad.
¿Cuál es la realidad de Junín?
Una ciudad de 100.000 personas, con un desarrollo industrial y productivo que viene desde hace décadas, con una posición estratégica en el noroeste de la provincia, ubicada en un cruce clave como el de las rutas nacionales 7 y 188 y la ruta provincial 65, cercana a Rosario, a Córdoba, a Buenos Aires, vinculada al desarrollo agroindustrial y a los servicios, al comercio, a la tecnología y al sector administrativo.
Es decir, todos los elementos para ser una gran ciudad que atraiga profesionales, que ofrezca servicios logísticos de primera calidad, con un proyecto educativo y productivo que la convierta en un punto de atracción de talento y de generación de puestos de trabajo. Un lugar para lo que más necesita Argentina: generar valor agregado.
Sin embargo, y eso me apena, la ciudad está adormecida. El desempleo femenino es el doble que el masculino. La suba de la pobreza impacta en la ciudad, a pesar de la contención municipal, el empleo informal no ofrece perspectivas.
Podemos aprovechar aún más la oferta educativa de calidad que da la Unnoba. En el parque industrial, que tiene que ser un yacimiento de empleo para la ciudad, los valores de los lotes son muy altos, falta infraestructura y asfalto: cuando llueve, los camiones se quedan encajados. El parque industrial se quedó anticuado y la Zona de Actividades Logísticas, presentada hace casi un año, no ha tenido movimiento.
¿Cuál es mi plan?
Poner en movimiento la ciudad y aprovechar los avances de las gestiones pasadas para despertar toda la energía emprendedora que tenemos los juninenses.
¿Qué significa que Junín se mueva?
Quiero ser claro en esto, porque es lo que los vecinos requieren y merecen: activar de inmediato el posicionamiento del ZAL para atraer empresas y hacer los esfuerzos necesarios para modernizar el parque industrial, lograr que los lotes se vendan, se ocupen, con una gestión municipal más comprometida. Aún queda espacio por rentabilizar en el parque industrial, un espacio que, por cierto, hay que mantener cuidado y en orden.
Tenemos que saber vincular las distintas iniciativas educativas a la producción y enfocadas en generar profesionales y empleados calificados. Hay buenas iniciativas en marcha, pero tenemos que dar un paso más hacia una política local integrada y comprometida con hacer de Junín un centro educativo clave.
Podemos atraer más habitantes y eso es bueno para el comercio y para el crecimiento de la ciudad. Podemos atraer profesionales jóvenes que pueden encontrar en la ciudad mejores condiciones de las que encuentran en Capital Federal. Y para eso tenemos que solucionar problemas de vivienda, ofrecer mejores servicios de salud, actividad deportiva y cultural adecuada.
Tenemos una gran oportunidad como ciudad para ofrecer un futuro prometedor a nuestros vecinos, especialmente a los más jóvenes. No nos faltan atributos. Pero necesitamos una hoja de ruta clara, necesitamos más claridad para saber hacia dónde vamos. Esta es la discusión que tenemos que tener y la política tiene que estar a la altura.
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