Hoy les quiero hablar sobre una situación que es natural a un contexto de exceso de estímulos. Sucede cuando llegamos a casa, cansados y con ganas de “bajar la guardia” para rendirnos al descanso simple, ese que encontramos en el fondo del sillón. En la columna de hoy, el sistema de medios, la imposición de agendas y la dificultad para desarrollar el sentido crítico.
Empiezo por el gancho que despliego en la imagen y el titular. Un niño mamón es aquel que “mama” mayor cantidad de leche o que permanece mucho tiempo con la mamadera.
Así estuvimos nosotros con lo de “Jey”, un caso que ahora ya no existe, como si hubieran pasado años de aquella situación por la cual “el país entero” exigía respuestas. Somos todos “mamones”, una metáfora que me permite darle cuerpo a estas líneas.
El sistema de estímulos mediáticos actual nos atrapa. Los programas de cable lanzan cartelones que imponen “lo urgente” para exigir atención inmediata y la obtienen. Ahí nos quedamos, tiesos, esperando una noticia. Porque en nuestro país siempre estamos al borde de algo. Un cartel rojo que grita “esto está pasando” puede ser un helicóptero que despega desde la terraza o un dato que nos obliga a salir corriendo al banco. Saquen todo! Así vivimos, por eso, debemos estar atentos a las “urgencias” que son muchas y ya pierden su calidad de urgentes.
De fondo en la tele, mientras escribo esta columna, el tema es la coronación de un Rey y si quiero una alternativa para evitar el silencio, también aparece el Rey, que nada tiene que ver con mi realidad pero hoy es “lo importante”. Me escapo, pongo música y retomo con estos párrafos. No es fácil, pero se los propongo. Una estrategia para que nuestro estómago no desborde de información y podamos masticar para después procesar y luego digerir.
La idea es evitar este sistema de estimulo y reacción permanente por el cual ciertos contenidos se posicionan como la “realidad”. La única, la de todos, postulando lo que debemos hacer aquí y ahora. Así en la vida como en los negocios, las urgencias, las tendencias, las novedades y lo que dictan los medios no siempre debe estar en nuestra agenda diaria. A veces hay que apagar todo y definir nuestro camino. No perdamos el control, elijamos los momentos y el tipo de nutrientes que queremos sumarle a nuestro cerebro. No seamos mamones, busquemos contenidos con buena leche.
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