Todos creen que la provincia de Buenos Aires es inviable. Los sucesivos fracasos de los últimos gobiernos no hacen más que reafirmar esta idea, pero mi experiencia como intendente y ministro de Gobierno me demostró lo contrario. Estoy convencido de que hay una solución mucho más simple: hay que poner orden.
Hay que poner orden en las calles. No podemos seguir con miedo de salir a la noche porque no sabemos si nos van a matar para robarnos el celular. Los que deberían tener miedo son los delincuentes. Tampoco podemos permitir que el narcotráfico siga ganando terreno. Hay que combatirlo de frente y con todas las fuerzas nacionales disponibles, e incluso con el Ejército si fuera necesario.
Hay que poner orden en las aulas. En las escuelas los chicos tienen que aprender Matemática y Lengua, no ideologías de izquierda. Muchos padres están preocupados por los contenidos de Educación Sexual Integral que les están enseñando a sus hijos. A mí me parece que un hombre no se puede quedar embarazado. Si a alguien le parece que sí, lo respeto y es su decisión enseñarle eso a sus hijos en sus casas, pero el Estado no puede imponer estas creencias en las escuelas.
No podemos seguir tolerando que todos los años los chicos pierdan semanas de clases por la discusión salarial de los docentes. Para eso, debemos implementar un sistema de actualización automática de sus salarios, que les garantice un sueldo justo, sin poner a los chicos en el medio del conflicto.
Hay que poner orden en las cuentas. El Estado no puede seguir gastando más de lo que recauda. Por eso, no puede haber ministerios inútiles como el de medio ambiente y el de género, tenemos que enfocarnos en los problemas urgentes de los bonaerenses y reducir el Gobierno provincial a seis ministerios: educación, salud, gobierno y justicia, economía, seguridad y obras públicas. Y hay que unificar los edificios estatales. No puede ser que en un municipio haya más de cinco edificios provinciales diferentes: el Registro Civil, el IOMA, ARBA, las delegaciones del Ministerio de Trabajo, IPS, etc. Esto implica un enorme gasto en servicios de wifi, empleados de limpieza, luz y gas.
En igual sentido, no puede ser que el Estado nacional, provincial y municipal se ocupen de los mismos problemas al mismo tiempo. Hay que determinar de forma clara y excluyente sus distintas responsabilidades. Hoy en día, por ejemplo, los tres niveles de gobierno se dedican a asfaltar las calles de los pueblos, lo que implica tres procesos de licitación, tres presupuestos, tres equipos de arquitectos e ingenieros y tres planificaciones diferentes para un mismo problema. Insisto: es cuestión de poner orden.
Hay que poner orden en la ayuda social, para que el 51,7% de los argentinos que reciben un plan social se capaciten y trabajen a cambio de esta asistencia. Yo fui intendente del conurbano durante el inicio de los planes sociales. Vi el fenómeno virtuoso de cómo la gente que no estaba trabajando y que estaba arrumbada en su casa se puso ropa de trabajo, agarró herramientas, se capacitó y sentía que lo que cobraba no era un plan social sino un sueldo. También vi la otra cara: la viciosa, cuando el plan social pasó a ser un derecho permanente sin contraprestación por el trabajo. Entonces se perdió la dignidad de las personas. No podemos seguir así, tenemos que ordenarlo.
Hay que poner en orden los impuestos. Se volvieron desmedidos para los sectores más productivos como el campo e impiden la inversión y la generación de ingresos. Tenemos de que dejar de ahogar a la gente y permitirle que produzca libremente.
Al mismo tiempo, el Estado debe dejar de malgastar la plata de nuestros impuestos. El Gobierno de la Ciudad esta semana creó un área de la Mujer y además otra de Igualdad de género. Tenemos que dejar de crear cargos públicos y ocuparnos de los problemas urgentes de los bonaerenses.
El desorden trae corrupción, inestabilidad y agrava los problemas. El orden, por otro lado, nos permite saber lo que está pasando, genera previsibilidad, nos permite identificar los problemas y sus soluciones. El orden da libertad. Para poner orden hay que tener hay que tener dos cosas: decisión y coraje.
Joaquín de la Torre: Candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires
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