Me gusta escribir sobre cosas que me pasan buscando el vínculo con mi profesión, entendiéndola como una caja de herramientas para la vida. Una forma de desmitificarla, humanizarla y ponerla a disposición de todos. Incluso de los más vulnerables, aún más en estos tiempos tan difíciles. Hoy voy a describir dos situaciones reales. Intentaré ponerlas sobre la mesa, entendiendo el contexto pero destacando alternativas.
Fue en la puerta de un banco donde un joven de buen porte, en apariencia saludable y con cierto desdén me exige “una moneda”. No mediaron más palabras, solo acentuó con destrato imperativo: “eh, flaco….me das una moneda”.
Al ingresar y al salir del lugar, la misma situación. Más allá de darle o no, el tema es la forma. Está claro, nadie es ajeno del contexto que le toca vivir y debemos ser comprensivos, el punto son los medios.
No espero un protocolo diplomático para el “mangueo” pero debo ser sincero, hay algunos que me caen mejor que otros. Sobre todo cuando llegan de gente joven y saludable que podría buscar alternativas como en el caso que pondré como ejemplo.
Una vuelta de tuerca para ganarse un mango.
Quizá peque de ingenuo pero en la descripción que sigue encontré algo para rescatar. Fue en un semáforo, por la zona de Puerto Madero, donde veo que un muchacho apoya algo en el parabrisas de los autos.
Mi predisposición inicial no fue la mejor, sentía que era una imposición. El punto de inflexión fue cuando pude leer lo que decía. Un papel pegado sobre tres paquetes de pañuelos descartables: “Hola! Intento salir adelante ¿me ayudás? 3 x $200”.
Inmediatamenta saqué el dinero de mi billetera. No solo porque los pañuelitos siempre son útiles, sino por la forma. Me convenció.
Una redacción que considera la apertura de la relación, un saludo y un pedido que tiene pensamiento. Insisto, puedo pecar de ingenuo pero en esta expresión hay una esperanza, una persona que manifiesta un deseo ¿Se dan cuenta la diferencia?.
Probablemente no sea este un caso de marketing digno de un premio o reconocimiento. Si les puedo asegurar que en la base de la práctica hay mucha relación con nuestra profesión porque finalmente, no es lo que decis sino como lo decis, o mejor dicho, no es lo que pedís, sino como lo pedís.
COMENTARIOS