OPINIÓN

A los y las trabajadores/as y voluntarios/as de la Asistencia Humanitaria

El Día de la Asistencia Humanitaria fue declarado por Naciones Unidas en 2008, a cinco años del atentado del 19 de agosto de 2003 al Hotel Canal en Bagdad, sede del organismo en Irak. En el ataque fallecieron 22 personas, entre ellas el Representante Especial del Secretario General de la ONU para Irak, Sergio Vieira de Mello (nacido en Brasil). La fecha reconoce su trayectoria como funcionario de ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) en misiones humanitarias de repatriación de refugiados procedentes de América Latina, África, Asia y Europa del Este. 

Sin embargo, la historia de la asistencia humanitaria es mucho más larga. Pensada desde Argentina, cuenta con una notoria trayectoria. Ejemplo de ella es la Comisión Cascos Blancos, creada en 1994, único organismo estatal que, con más de 700 misiones en más de 80 países, cuenta con el reconocimiento y co-patrocinio de Naciones Unidas y de la Organización de Estados Americanos. Se trata del único voluntariado estatal en el mundo. Desde hace dos décadas depende de la Cancillería y está integrado por funcionarios/as y casi 4000 voluntarios civiles con especialidades en prevención, mitigación, preparación y respuesta ante eventos críticos, sociales y ambientales.

Ahora, ¿por qué una elección tan reciente de esta efeméride? Sucedió en tiempos de un debate profundo y delicado, producto de algunas acciones humanitarias coordinadas por la ONU que, bajo la "responsabilidad de proteger", fueron cuestionadas por desafiar la soberanía y provocar graves daños.

¿Quiénes la ejercen? Hacen asistencia humanitaria personas de diversas procedencias nacionales cuyas vidas suelen no tomar trascendencia pública. Pocas conforman la arquitectura institucional de Naciones Unidas. Su inmensa mayoría se forman en equipos civiles coordinados por los Estados locales, provinciales y/o nacionales. Entre ellas hay quienes integran organizaciones sociales o son voluntarios. Algunos de estos equipos y/o personas son acreditadas por ONU bajo el cumplimiento de estándares para desplegar misiones internacionales según el incidente (terremoto, erupción volcánica, emergencia alimentaria, crisis sanitaria, desplazamientos forzados, entre otros) y sus capacidades (búsqueda y rescate, seguridad alimentaria, logística, contención psicosocial, atención sanitaria, etc.).

La experiencia nacional de las y los miles de trabajadores y voluntarios, y el respeto por la integridad y soberanía de los pueblos es la base de la asistencia humanitaria internacional. Por eso, Cascos Blancos posee un rol clave en el fortalecimiento de las capacidades y la articulación de acciones como miembro del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo creado en 2015 bajo el Marco de Sendai y la Agenda 2030. Nuestra virtud se nutre de la trayectoria y la experiencia renovada en acciones sociosanitarias, ambientales, en eventos masivos, para enfrentar los retos por venir y expandir la solidaridad de Argentina con todos los pueblos del mundo.

Sabina Frederic: Presidenta de la Agencia Argentina de Cooperación Internacional y Asistencia Humanitaria-Cascos Blancos, órgano del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto de la Nación.

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