El presidente Alberto Fernández intentó seducir al kirchnerismo hasta último momento incorporando en los fundamentos del proyecto de acuerdo con el Fondo las críticas al modelo económico del macrismo y el aval al juicio contra exfuncionarios de esa administración por haber pedido asistencia al organismo de crédito. No solo no dio resultado –los videos posteados por La Cámpora en las últimas horas dan cuenta de ese diferendo- sino que con esa estrategia ha tensado el vínculo con una coalición opositora a la que deberá recurrir para asegurarse la aprobación del entendimiento en el Congreso.
En verdad, el contenido del texto que se terminó de cerrar durante las primeras horas del viernes en el primer piso de la Casa Rosada replicó parte del discurso que el primer mandatario había pronunciado el lunes en el Parlamento al inaugurar las sesiones ordinarias. Si bien la actitud del bloque PRO de levantarse de sus bancas, en solidaridad con Mauricio Macri y el equipo económico que lo acompañó en la gestión, opacó en parte el faltazo de Máximo Kirchner y el senador Oscar Parrilli, las diferencias internas en el Frente de Todos quedaron expuestas.
Y entre el jueves y el viernes fueron confirmadas con los sendos vídeos que La Cámpora posteó a través de sus redes sociales en los cuales mostraba a Néstor Kirchner y a su hijo lanzando todo tipo de diatribas contra el FMI. En el entorno del diputado argumentan que no hay explicación oficial que logre enmascarar el ajuste que deviene del mayor control del gasto.
Esas diferencias en el seno del oficialismo se vieron reflejadas en la exigua concentración frente al Congreso a la que no solo le faltó militancia sino también el fervor de otros 1º de marzo. Los grupos afines al sindicalismo de izquierda y al Instituto Patria, como las dos CTA por caso, no se ausentarán el próximo miércoles en la variopinta marcha convocada frente al Parlamento -el mismo día que el oficialismo espera dar dictamen al acuerdo- para protestar contra el impacto del programa acordado con la institución crediticia que, por ejemplo, prevé una reducción de los subsidios del 0,6% para este año.
Las tarifas
La cuestión de las tarifas finalmente actuó como una divisoria de aguas para el bloque camporista: la corrección de último momento que impuso el ministro Martín Guzmán (Economía) jubiló la pauta del 20% de aumento que se había acordado en enero en el seno del oficialismo. Si la tarifa social tendrá un ajuste del 20%, la clase media deberá absorber un alza del 42% promedio en las boletas de luz y gas.
En el kirchnerismo no solo cuestionan el eventual impacto electoral que tendrá este ajuste sobre los bolsillos, sino que teniendo en cuenta el alza de los combustibles por la guerra en Ucrania, su impacto sobre el achicamiento del déficit fiscal será casi ínfimo.
Para el Instituto Mosconi, una de las usinas de análisis energético del radicalismo, los subsidios para el sector demandarán US$ 15 mil millones para este período, US$ 4 mil millones más que los requeridos el año anterior.
Sí en el caluroso mediodía del último martes se pudo ver a movimientos sociales, como el Evita y Barrios de Pie, y algunos gremios de la CGT brindando apoyo al discurso del jefe de estado. El último jueves A. Fernández sorprendió al ofrecer un largo almuerzo en su despacho al metalúrgico Antonio Caló. Está claro que buscará asociarse a estas terminales del peronismo territorial: ayer el titular de UPCN, Andrés Rodríguez, reconoció que “si es voluntaria, la suba de la edad jubilatoria no es mala idea”, a propósito de los incentivos que brindará el Ejecutivo para que haya más adhesión a la extensión de la vida laboral que había autorizado Cambiemos a fines de 2017 y hoy cuenta con baja adhesión desde lo formal.
Agenda propia
Los ministros “albertistas”, como Juan Zabaleta (Desarrollo Social), Matías Kulfas (Producción) y Gabriel Katopodis (Obras Públicas), se ilusionan con construir un espacio que dé lugar a una agenda propia que refuerce la figura presidencial rumbo a un eventual intento reeleccionario, en 2023. Ayer la sede del PJ, sobre el que se recostará el jefe de Estado para intentar levantar su propio perfil, fue escenario de una “reunión de trabajo” de Agenda Argentina, un grupo de pensamiento “albertista” integrado por funcionarios e intelectuales, para seguir acompañando con “propuestas que potencien el crecimiento y el desarrollo del país”.
Un estrecho colaborador del jefe de Estado reiteró que “no hay otro camino que el acuerdo con el Fondo” y trató de “delirantes” a quienes “pretendían repudiar la deuda en el Tribunal de la Haya”. Para este funcionario no hay tal ajuste como se pretende denunciar desde el Instituto Patria. “Derivar un excedente de divisas para pagar la deuda no es ajuste porque el gasto real lo vamos a mantener”, enfatizó.
Encono con la Corte Suprema
Hay coincidencia con Cristina Kirchner, en cambio, en mantener alto el encono hacia la Corte Suprema de Justicia. Durante su discurso ante la asamblea legislativa y ante la impertérrita mirada de los magistrados -Horacio Rosatti y Ricardo Lorenzetti, por caso, estaban ubicados junto una incómoda secretaria Vilma Ibarra (Legal y Técnica)-, el Presidente cuestionó el funcionamiento del máximo tribunal y del servicio de justicia en general. Y aseguró que hay tribunales inferiores que actuaron “con complicidad” de los poderes lácticos para garantizar un aumento en las tarifas de Internet y telefonía celular durante enero pasado y que permitieron “interferencias” de la AFI en las causas judiciales sustanciadas durante el macrismo.
Ese embate permanente contra las figuras de la oposición y los escollos que, se advierte, el Ejecutivo le planta a Horacio Rodríguez Larreta en la gestión porteña, generan interrogantes sobre qué actitud tomará Juntos por el Cambio desde mañana cuando el acuerdo comience a discutirse en las comisiones Presupuesto y Finanzas de la cámara baja.
Este conflictivo escenario adelantó para hoy a la tarde un nuevo encuentro de la Mesa Nacional de JxC que, vía Zoom, intentará llegar al lunes con una postura consensuada.
Cambio de redacción
La oposición forzó un cambio en la redacción del proyecto que buscaba permitir votar en general sin tener que acompañar los anexos, que contienen los detalles técnicos, y así evitar un rechazo del PRO y aliados. Pero finalmente el artículo 2 del entendimiento no colmó las expectativas del diputado radical Mario Negri y sus compañeros de interbloque. Es que los legisladores opositores no podrán avalar el refinanciamiento sin avalar indirectamente las metas que contienen los documentos adjuntos.
Si bien a mitad de semana los diputados macristas deslizaron un rechazo al acuerdo ante el riesgo que disparara una “bomba de tiempo” de US$ 90 mil millones para la próxima administración, la coalición opositora podría avanzar en una postura conjunta en contra del “default”. Durante la víspera, el diputado Cristian Ritondo (PRO), la emprendió contra sus colegas camporistas al sostener que “tienen que empezar a ser responsables y dejar de poner sus intereses por sobre los del país”. La reunión de hoy de la dirigencia opositora seguramente dará pistas sobre qué postura tomarán mañana los legisladores en comisión y, entre el jueves y viernes, en el recinto cuando el oficialismo intentará dar media sanción a la iniciativa.
Las últimas encuestas dan un apoyo mayoritario al aval del entendimiento. En esos sondeos se apoya la Casa Rosada para buscar aprobar la iniciativa. Hoy las previsiones oficiales no son tan optimistas como lo eran algunas semanas atrás: el Ejecutivo sabe que será más fácil seducir al mayor espacio opositor que al sector oficial que recela del programa de facilidades extendidas anudado con el Fondo.
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