En la discusión sobre la transferencia de 32 líneas de colectivos de Nación a CABA, están en juego subsidios por 16 millones de pesos.
PANORAMA POLÍTICO NACIONAL

La mirada hacia el FMI, con señales a EE.UU.

El Gobierno está enfrascado en cerrar el acuerdo con el Fondo y en acallar las tensiones internas, mientras, la oposición espera más definiciones.

El Gobierno está apuntando todos sus cañones a cerrar el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. Es el objetivo central de las próximas horas podría decirse, y con ese fin hizo un brusco viraje que lo llevó a acercarse a los Estados Unidos luego de un derrotero “errático” para la oposición y otros sectores, en materia de política exterior.
Tras el viaje de Alberto Fernández a Rusia y China, el avance de las negociaciones con el FMI empujó a la Casa Rosada a concretar gestos de buena voluntad con el gobierno de Joe Baiden. Fueron en ese sentido clave las gestiones del embajador Jorge Argüello para distender una relación que se había tensado tras las alabanzas del Presidente a los regímenes ruso y chino. Pero esos enjuagues diplomáticos subterráneos tuvieron un aspecto bien visible en las últimas horas: Argentina, luego de gambetear largamente definiciones contundentes, terminó condenando en la OEA las violaciones a los derechos humanos en Nicaragua, un pronunciamiento auspiciado por los Estados Unidos.  Mientras, busca atenuar las internas por su posterior debate en el Congreso.
En una semana en la que la inflación volvió poner en foco el verdadero límite a la recuperación del consumo, hubo cruces entre oficialismo y oposición por la tragedia medioambiental que vive Corrientes con los incendios. El fracaso del diálogo político se pudo constatar con la inactividad parlamentaria que, a poco más de una semana de terminar febrero, ya jubiló la agenda prevista en las sesiones extraordinarias, como el proyecto de ley de humedales que resguarda los ecosistemas del daño de la actividad productiva.

El discurso de Alberto
Paradójicamente, el medioambiente será uno de los ejes del discurso que Alberto Fernández pronunciará ante la asamblea legislativa el 1° de marzo en la apertura de las sesiones ordinarias del Parlamento. Parece ser uno de los nuevos “caballitos de batalla” que utilizará el Presidente para intentar darle una impronta a su gestión. El otro mojón de su administración está puesto en la “equidad de género” que tuvo su correlato el pasado lunes con la “instrucción presidencial” que obliga a los ministros y secretarios de Estado a considerar este aspecto ante cada nueva designación. Esta normativa tácita produjo roces en el gabinete incluso entre los mismos funcionarios “albertistas”: hay dependencias como Secretaría General, a cargo de Julio Vitobello, o la Secretaría de Asuntos Estratégicos, de Gustavo Beliz, donde no abundan las mujeres precisamente.
La principal defensora de esta política es la secretaría legal y técnica, Vilma Ibarra, que asegura contar con el respaldo del jefe de Estado para intentar disminuir estas inequidades en el organigrama estatal. 

Mensaje radical
Desde Santa Fe, donde participaba de la Mesa del Comité Nacional de la UCR, el diputado Facundo Manes cuestionó “la catástrofe ambiental que está padeciendo Corrientes lleva más de 700 mil hectáreas afectadas. Bosques nativos, esteros, humedales y fauna autóctona se ven alcanzados por las llamas. Corrientes arde y el gobierno nacional mira para otro lado”.
En esa cumbre, además, se pudo observar un acercamiento entre “los renovadores de Martín Lousteau” y los dirigentes de la línea histórica del partido, como Mario Negri. Envalentonado, el titular del partido, el gobernador jujeño Gerardo Morales, sostuvo que tiene confianza que en 2023 “habrá un presidente radical” y reiteró que la UCR es un partido de “gestión que sabe gobernar” intentando enterrar el mito que se construyó tras el fracaso del gobierno Fernando de la Rúa o la salida anticipada del poder de Raúl Alfonsín, el mismo que el PRO supo por lo bajo enarbolar. Esas tensiones volverán a asomarse el martes próximo con una nueva reunión de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio.
Una dirigente que viene siendo apuntada por la grey radical por intentar “cortarse sola” es la titular del PRO, Patricia Bullrich, a quien asemejan a Sergio Berni no sólo en su mirada sobre la seguridad sino en su intención de poner foco en la construcción individual rumbo a 2023. La ex ministra de Seguridad sigue de recorrida por distintas zonas del país; este fin de semana estuvo en Gualeguaychú donde se mostró con Rogelio Frigerio, el gran ganador en las legislativas de 2021 en ese distrito.

Tema ambiental
No sólo en la oposición vienen sosteniendo, asimismo, las críticas por un supuesto discurso contradictorio del oficialismo en cuanto a la defensa del medio ambiente. Si bien hubo fuego amigo con la autorización para la construcción de plataformas petrolíferas offshore a 300 kilómetros de la costa de Mar del Plata, hoy judicializada, también hay una advertencia sobre el peligro de impacto ambiental que ocasionaría a esa ciudad balnearia el probable hundimiento de la draga “259-C Mendoza”, actualmente amarrada en la escollera Norte. “Tiene mil metros cúbicos de material contaminante y 10 mil litros de aceite en sus cañerías”, advierte Juan Carlos Schmid, titular del gremio de Dragado y Balizamiento.
No es el único tema sobre el que hay contradicciones en el oficialismo. El mentado entendimiento con el Fondo no logra acallar las críticas del kirchnerismo ni de sus aliados en el parlamento que, por ahora, se producen fuera de micrófono. 
Seguramente Máximo Kirchner no transitó su cumpleaños 45 con buen talante al enterarse que, tras la confirmación de la suba del 3,9 por ciento del IPC durante enero, el Banco Central subió la tasa de interés 2,5 puntos. Esa medida, un gesto explícito hacia el Fondo, no sólo llevará a los plazos fijos a rendir de un 39 por ciento al 41,5 por ciento anual, sino que “enfriará” la economía real al encarecer los préstamos productivos o para consumo.
Esas diferencias explican el silencio de Cristina Kirchner como también el de su hijo que, sin embargo, volvió a la escena mediática al convocar a los consejeros del PJ bonaerense en la previa de las elecciones distritales. Finalmente se impuso en casi todos los partidos la lista única conformada bajo la tutela del jefe de La Cámpora. De todos modos, los intendentes del PJ pudieron retener sus distritos. Aquí también pareció prevalecer su propia impronta y no la adelantada por Alberto Fernández, quien rumbo a las elecciones de 2023, expresó la necesidad de que haya primarias para evitar los conflictos internos.

El tema del transporte
Si al oficialismo lo separa la mirada estratégica hacia 2023, lo unifica la embestida contra Juntos por el Cambio. Prueba de ello es el plan ideado por Transporte, donde pisa fuerte Sergio Massa, de transferir la gestión de 32 líneas de colectivos a la órbita porteña. Están en juego subsidios por $16 mil millones. Para ser justos, se trata de la misma postura que en 2019 había tomado el gobierno de Mauricio Macri cuando, urgido por la política de “déficit 0” que exigía el FMI, intentó transferir a CABA y a la Provincia no sólo el manejo del transporte metropolitano sino también el control de las energéticas Edenor y Edesur. La crisis finalmente dejó caer todo en saco roto. 
Ahora la principal disputa no es por el destino de los micros sino por los casi $140 mil millones que la capital dice perder este año por la poda en la Coparticipación que le efectúa Nación desde octubre de 2020. En la sede gubernamental de Parque Patricios le prenden velas a la Corte Suprema de Justicia: esperan una definición sobre el asunto tras la jornada de mediación del 10 de marzo.