“Papelonesca”. Al cabo de una jornada de extenuantes e infructuosas negociaciones, así definían dirigentes partidarios la guerra interna que se desató en el PRO y que terminó frenando la concreción de un trámite institucional: la designación de autoridades en el Senado bonaerense.
En rigor, ese trámite pudo concretarse a medias. Porque se completó con los casilleros que le correspondían al oficialista Frente de Todos. Los espacios de poder que correspondían a Juntos, quedaron momentáneamente vacantes producto de la refriega interna del PRO que terminó arrastrando al radicalismo e impidiendo que el principal frente opositor ocupara las vicepresidencias que tenía asignadas.
El nudo del escándalo interno fue la presidencia del bloque de senadores de Juntos. Producto de un acuerdo interno previo, en Diputados sería ejercida por un radical (Maximiliano Abad) y en el Senado por un dirigente del PRO.
Pero los senadores no pudieron ponerse de acuerdo. En rigor, la dirigencia provincial y nacional de la fuerza que metió mano en busca de quedarse con ese botín no logró sintetizar posiciones en medio de fuertes tensiones y amenazas de ruptura del bloque.
La falta de conducción del PRO quedó expuesta con claridad meridiana. Por un lado pujaban Diego Santilli, María Eugenia Vidal y Cristian Ritondo para imponer a Alejandro Rabinovich. Por el otro, Jorge Macri y Daniel Angelici empujaban a Cristian Gribaudo, ligado al ex presidente de Boca Juniors. Un grupo de intendentes liderado por Diego Valenzuela, Julio Garro y Néstor Grindetti, además de Patricia Bullrich, querían ubicar en la presidencia al platense Juan Pablo Allan.
DISPUTA PARALELA
Había una pelea adicional. Los territoriales -los intendentes- reclamaban que fueran dirigentes bonaerenses los que decidieran las autoridades del bloque de senadores. Y acusaban “a los que se fueron a Capital Federal”, apuntando a Vidal y a Jorge Macri que acaba de asumir un ministerio porteño, de pretender influir en una decisión que, sostenían, les era propia.
La pelea llegó a un punto en que pareció desinflarse las chances de Allan. Y se había avanzado en una solución si se quiere salomónica estableciendo una presidencia rotativa. Paradojas de la política, un sistema que suele utilizar el trotskismo para saldar sus diferencias.
Así, Rabinovich sería presidente del bloque durante el primer año y Gribaudo, en el segundo. Pero ese posible acuerdo duró lo que un suspiro. Macri y Angelici fueron por más y reclamaron que el primer año lo ejerciera Gribaudo. Y luego redoblaron la apuesta: los dos años para la mano derecha de Angelici y nada para Rabinovich, que también era empujado por el intendente marplatense Guillermo Montenegro.
En medio de nerviosas llamadas cruzadas, hubo una cumbre en la sede de la Municipalidad de La Plata. Allí se encontraron Garro, Macri y Valenzuela. La charla se estiró y terminó en un almuerzo con gaseosas y empanadas. La comilona no contribuyó a distender y el acuerdo se diluyó en medio de fuertes acusaciones cruzadas.
“Es evidente que esto es un papelón producto de que nadie conduce al PRO”, evaluaban ayer legisladores tanto de ese partido como del radicalismo, que se vio arrastrado por esa interna furibunda.
Tanto es así, que los dirigentes de la UCR que iban a asumir en cargos en el Senado no pudieron hacerlo. Por caso, Alejandro Celillo no pudo desembarcar en la vice segunda del Senado. Tampoco pudo hacerlo Andrés De Leo (Coalición Cívica) en la vice cuarta. “Se van a elegir en los próximos días cuando la oposición resuelva sus cuestiones. Nosotros no tuvimos ninguna dificultad. Ellos vienen con algunos inconvenientes, pero lo resolverán en los próximos días. Todavía no hay notificación de autoridades de bloque”, señaló la vicegobernadora, Verónica Magario, al finalizar la sesión preparatoria.
Anoche se decía que la discusión impregnada de crisis de liderazgo seguía abierta en el PRO. Y que los tres candidatos a presidir el bloque de senadores estaban en carrera.
El Senado fue además escenario de una fuerte pulseada en el Frente de Todos, que se saldó sin tanto ruido. La vicepresidencia de la Cámara parecía quedar en manos de Alfredo Fisher, el ex intendente de Laprida. Sin embargo, el Conurbano, tal como informara este diario en su edición anterior, arremetió duro y se quedó con ese espacio.
Finalmente el designado fue Luis Vivona, un dirigente de Malvinas Argentinas y socio político del ministro de Infraestructura bonaerense, Leonardo Nardini.
El desplazamiento de Fisher generó malestar entre legisladores del interior quienes analizaban crear una suerte de “sub bloque” dentro del esquema oficial.
En tanto, en otra de las vicepresidencias fue nombrada la camporista Ayelén Durán (Bahía Blanca).
EN DIPUTADOS
El conflicto político en el Senado arrastró por varias horas a los diputados, que luego de las juras de los nuevos integrantes de la Cámara baja y la elección de Federico Otermín como presidente, decidieron pasar a un cuarto intermedio.
La tensión en el PRO estaba poniendo en duda la designación de Adrián Urreli como vicepresidente, un dirigente cercano a Grindetti. Por la teoría de las compensaciones, Urreli podría perder ese espacio en función de la resolución del conflicto en el Senado.
Pero anoche, sobre el filo de las 21,30, los diputados de Juntos decidieron avanzar por las suyas. “Acá está todo acordado y tenemos que designar las autoridades”, decían.
Así, finalmente Urreli se quedó con una de las vices. Otras dos quedaron para Carlos “Cuto” Moreno (cercano a Axel Kicillof) y el massista Rubén Eslaiman. En tanto, en la última de las vices fue nombrado el platense Fabián Perechodnik, auspiciado por Garro.
En cuanto a las autoridades de bloque, en Juntos continuará como presidente Maximiliano Abad, titular de la UCR Provincia, mientras que la vice seguirá a cargo de Alex Campbell, del sector de Vidal. La vicepresidencia primera, irá para la lilita Maricel Etchecoin.
Del lado del Frente de Todos, en tanto, el camporista César Valicenti ocupará la presidencia del bloque, mientras que la vice será para el massista Nicolás Russo.
En tanto, Guillermo Castello fue nombrado presidente del bloque de Avanza Libertad y Guillermo Kane del bloque del Frente de Izquierda.
Por su parte, el bloque Cambio Federal continuará funcionando a partir de la nueva conformación de la Cámara de Diputados y estará comandado por Walter Carusso. Así, este sector articulará con Juntos pero mantendrá su individualidad.
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