La campaña electoral muestra tanto al oficialismo como a la oposición con la mirada puesta en el escenario postelectoral más que en lo que ocurrirá el domingo 14 de noviembre. La crisis económica presiona sobre la agenda pública -el rebrote inflacionario devino en un congelamiento de precios en una limitada canasta de productos- y aceleró el diálogo del Ejecutivo con los empresarios e inversionistas que aún dudan, entre otras cuestiones, si finalmente habrá acuerdo con el FMI durante el primer trimestre de 2022, tal como deslizaron en Casa Rosada.
La incertidumbre económica y política genera zozobra en el mundo de los negocios. Es lo que llevó al presidente Alberto Fernández y al ministro Wado de Pedro (Interior) a convocar a un grupo de ejecutivos a Balcarce 50 en la semana donde les adelantaron las negociaciones con el organismo acreedor y la intención de reeditar hacia fin de año las mesas de concertación tripartitas -con los sindicatos incluidos- para fijar políticas de mediano plazo.
El Gobierno intentó dejar trascender que los empresarios estarían preocupados por si los bloques de Juntos por el Cambio acompañarían un eventual acuerdo con el organismo multilateral. En la oposición rechazaron esas conjeturas e incluso Horacio Rodríguez Larreta habló ante el coloquio de IDEA de la necesidad de realizar un pacto que incluya al “70%” de la representación política para avanzar en esta y otras medidas. En tanto, Diego Santilli, de recorrida por el interior bonaerense, convocó a un “consenso entre quienes generan trabajo con reglas claras y previsibles para que en los próximos años la Argentina consolide como política de Estado la producción y el desarrollo sostenible”.
Malestar
Lo cierto es que De Pedro, que venía de reunirse hace 10 días con otros empresarios junto a Sergio Massa y Máximo Kirchner, recibirá esta semana a la cúpula de la UIA. Justamente, los industriales no tomaron bien el congelamiento de precios adoptado por el nuevo secretario de Comercio, Roberto Feletti, y desecharon que el sector sea el causante de la inflación.
Es en esa ambigüedad donde navega el oficialismo. La misma que intenta contrarrestar el jefe de gabinete Juan Manzur, con su viaje a Estados Unidos para acompañar al ministro Martín Guzmán (Economía) en reuniones con inversores internacionales. El periplo del funcionario tucumano causó sorpresa y también cierto revuelo porque utilizó el avión de su provincia: un Learjet 60 que tomaba para sus viajes a capital, pero también que se adquirió como transporte sanitario.
Inflación
La inflación de septiembre en 3,5% volvió a mostrar las inconsistencias del modelo económico. Con tarifas y dólar planchados, los precios escalan a niveles preocupantes. Las expectativas tampoco ayudan: hay temor por el eventual efecto de la emisión monetaria para costear el “paquete electoral” que el Gobierno viene desgranando desde la derrota en las PASO.
Como lo dijo el candidato porteño de “Todos”, Leandro Santoro, en el debate electoral del último miércoles, la principal preocupación económica “es la inflación”. Es lo que deteriora el ingreso del grueso de la población. Si una parte de los asalariados lo siente un poco menos, la gran masa de trabajadores informales o de la denominada “economía popular” ven deteriorados sus ingresos por el fenómeno del crecimiento de las transacciones “en negro”.
Y este último es un universo en plena expansión. El último relevamiento del Registro Nacional de Trabajadores de la Economía Popular (ReNaTEP) consignó que desde julio 2020 al 11 de agosto 2021, las personas inscriptas ascienden a 2.830.520; un 57,4% de esta población son mujeres y el 42,6% varones. Para tener dimensión del tema, los asalariados privados no llegan a los 6 millones, lo que también afecta los ingresos de las cajas de jubilaciones. Es por ello que la campaña del oficialismo está destinada a recuperar votos de este segmento con la propuesta de ir incorporándose paulatinamente al trabajo formal, una idea que no seduce a los dirigentes sociales que pretenden una solución superadora, de cuño propio, pero con una gran financiación del Tesoro.
Alberto Fernández anticipó la publicación de “un decreto marco” para dar mayor institucionalidad a la iniciativa. El martes próximo, en tanto, Desarrollo Social anunciaría un portal de “ministerio abierto” donde los beneficiarios de planes sociales podrían consultar información y hasta denunciar “extorsiones”. Una propuesta del ministro Juanchi Zabaleta que le podría generar nuevos roces con los dirigentes sociales.
“El error es querer manejar la guita de los planes. Estamos de acuerdo con los programas anunciados. Lo que sí planteamos es que el Estado tiene que generar otros instrumentos políticos para organizar a la comunidad”, explicó una calificada fuente de una organización social, a mitad de camino entre lo que declama la cúpula de la UTEP (Unión de Trabajadores de la Economía Popular) y lo que hoy ofrece el Ejecutivo. Esos sectores no quieren perder el manejo de las millonarias cifras que se destinan a diferentes planes.
Interrogantes
La otra incógnita que genera intranquilidad en el empresariado es hasta dónde llegará la cohesión política del Frente de Todos. Las idas y vueltas sobre la organización de los actos del 17 de octubre volvieron a poner de manifiesto esas internas.
El Presidente, en su rol de titular del PJ, tuvo que emitir un comunicado urgente el jueves invitando a marchar a las plazas de todo el país luego de que el kirchnerismo anticipara por la mañana que se movilizaría este domingo a Plaza de Mayo a contramano de la idea que en ese momento prevalecía en Balcarce 50. Es que el martes en el Gobierno habían “bajado” la convocatoria para el Día de la Lealtad con la excusa de la celebración del Día de la Madre y para sumarse a la marcha que la CGT llevará adelante el lunes 18.
También genera interrogantes lo que sucederá con el Presupuesto que envió Guzmán al Congreso. Esta semana en Hacienda insistieron en que “el trabajo para georreferenciar a la población está hecho y así poder segmentar tarifas” en 2022, tal como plantea la ley de leyes. ¿El kirchnerismo aceptará diferenciar las boletas de luz y gas? Este año se opuso y generó la primera crisis política del oficialismo con el atrincheramiento del subsecretario de Energía, Federico Basualdo, al que Guzmán había intentado, sin éxito, desplazar. Para la negociación con el FMI es necesario por lo menos mostrar la intención de reducir el déficit, y las tarifas de los servicios son un tema inevitable.
La oposición y los “mensajes amigables”
En la oposición, en tanto, apuestan a una campaña basada en mensajes “amigables” hacia el mercado y en recordar el mal manejo de la pandemia que hizo el oficialismo. Hoy le urge, con todo, preservar la unidad de un espacio que fue a internas. Si María Eugenia Vidal evitó confrontar en el debate porteño contra Javier Milei, temerosa de que en las Generales se le escapen “votos por derecha”, Santilli apuesta a recorridas con Manes y parte de su equipo. Así se lo pudo ver el jueves en Pergamino con la candidata Danya Tavela, que había acompañado al neurólogo en las Primarias.
El giro a la “moderación” que expuso las PASO también obliga a un cambio de estrategia de candidatos como Florencio Randazzo, que recibió chicanas de José Luis Espert por supuestamente haberse vuelto repentinamente “liberal” en su discurso en IDEA. El exministro no busca tantos votos “por derecha” sino de peronistas desencantados por el rumbo incierto que ha tomado el oficialismo.
Hay otras voces provenientes del peronismo que alertan sobre la pérdida de liderazgo del Presidente, justo a un mes de la crisis política desatada por los múltiples intentos de renuncia de funcionarios de extracción kirchnerista y de la incendiaria carta de la vicepresidenta que decantaron el nuevo gabinete. Ayer el exsenador Jorge Yoma, cercano a Miguel Angel Pichetto, lo dijo sin medias tintas: “Estamos ante grandes desafíos, todos defendemos la institucionalidad, esperemos que esto no termine en otra asamblea legislativa, nadie quiere algo así pero esto que le está pasando al peronismo es gravísimo”.
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