Cómo la educación puede sacarnos de la corrupción
Uno de ellos es arquitecto de los ODS, el otro es el co-negociador de la UNCAC. En este artículo, discuten el valor de la educación en la lucha contra la corrupción
M. Seth (*), ¿cuáles son las herramientas más eficaces para luchar contra la corrupción?
- En primer lugar, la creación de instituciones eficaces, como organismos independientes y especializados en la lucha contra la corrupción e instituciones de auditoría a escala nacional e internacional; en segundo lugar, el fortalecimiento de las instituciones judiciales y, por último, los esfuerzos multilaterales, como la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción (CNUCC).
Estas herramientas sólo pueden ser eficaces si van acompañadas de cambios de actitud y comportamiento. Estos cambios pueden producirse mediante campañas de concientización. El Día Internacional contra la Corrupción (9 de diciembre), por ejemplo, es una gran oportunidad para concientizar a la gente de la lacra de la corrupción, de lo arraigada que está y de cómo pone en peligro los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Cuando creamos los ODS, muchos países se opusieron a mencionar la corrupción alegando que marginaría a los Estados en desarrollo. Pero la corrupción es algo que está presente en países ricos y pobres.
Encuestamos a casi 10 millones de personas en todo el mundo sobre sus prioridades, y la corrupción ocupaba el primer lugar en la mente de estas personas, a pesar de la resistencia de sus representantes gubernamentales en los pasillos de la Asamblea General de Naciones Unidas (AGNU).
Los cambios de actitud y comportamiento dependen en gran medida de la educación y la formación. Sólo así podremos formar especialistas competentes en la materia y fomentar los conceptos de integridad y valores personales para oponerse a la corrupción en todas sus formas. De hecho, la educación y la formación combaten directamente la lacra en la mente de las personas al cambiar la actitud general de que la corrupción es demasiado grande y está demasiado arraigada como para combatirla.
Los programas de formación y educación más eficaces se centran en proporcionar un fuerte equilibrio entre los conocimientos académicos y teóricos sobre temas de actualidad, y las competencias básicas en áreas como el liderazgo y la capacidad de negociación.
Para garantizar la eficacia de los mecanismos anticorrupción existentes a través de la educación y la formación, el Diplomado Ejecutivo de UNITAR (Instituto para el Aprendizaje y la Investigación de Naciones Unidas) y un Programa de Máster sobre Anticorrupción y Diplomacia, implementado conjuntamente con la Academia Internacional Anticorrupción (IACA), proporcionan este equilibrio.
- Dr. Stelzer (**), ¿cuáles son los acontecimientos más importantes en la historia de los esfuerzos internacionales contra la corrupción?
- Hay una clara división entre el período anterior y posterior a la Convención de Naciones Unidas Contra la Corrupción. La acción anticorrupción de la ONU se remonta a 1975, cuando la AGNU adoptó la primera resolución contra la corrupción, dirigida a las empresas transnacionales y sus intermediarios. Los siguientes grandes pasos fueron todos regionales: la Convención Interamericana contra la Corrupción en 1996; la Convención contra el Soborno de la OCDE en 1997; y el Convenio Penal sobre la Corrupción de la Unión Europea en 1999. Todo ello condujo a la negociación y adopción de la UNTOC (Convención de las Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional) en 2000.
Cuando fui nombrado Representante Permanente de Austria en 2001, la primera sesión de la Comisión del Delito (Comisión de Prevención del Delito y Justicia Penal) que presidí, adoptó una resolución que describía la corrupción como un impedimento estructural para el desarrollo sostenible. Esta misma Comisión del Crimen ayudó a preparar las negociaciones de lo que más tarde se convirtió en el principal instrumento de lucha contra la corrupción: La CNUCC. Con 187 partes, la CNUCC permitió abordar la corrupción sobre la base del Estado de Derecho, cambiando la idea de que es demasiado grande para combatirla.
En 2006, los avances en la aplicación de la CNUCC seguían siendo lentos. No podía ver cómo esta iniciativa, que yo había negociado y firmado, se marchitaba. Para acelerar el proceso, el jefe de la rama anticorrupción de la Oficina de Naciones Unidas Contra la Droga y el Delito (ONUDD) y yo decidimos empezar a formar a los funcionarios de los países en desarrollo en materia de lucha contra la corrupción, y luego convertimos este proyecto en un programa, y el programa en una institución.
Cuatro años después, se formó la Academia Internacional Anti-Corrupción (IACA). El principal logro de la IACA es su exitoso programa académico, con más de 3.000 ex alumnos de Maestría. Nuestra experiencia ha demostrado que la aplicación de la CNUCC depende del fortalecimiento de la resistencia de los sistemas anticorrupción por parte de los actores, que en gran medida se beneficiaron de nuestros programas académicos.
* M. Nikhil Seth es el actual Director Ejecutivo de UNITAR.
** El Dr. Thomas Stelzer es decano de la Academia Internacional Anticorrupción.
(*) Entrevista originalmente publicada en UN Today.