En una Argentina abrumada por enfrentamientos de un gobierno que no escucha y funcionarios que viven fuera de la realidad, nos encontramos con tremenda sorpresa de que el gobernador de Formosa, saliéndose del protocolo, vacunó a casi todos los presos de las cárceles provinciales. Su gestión de más de 30 años nos reserva siempre cualquier sorpresa de violación de las normas y derechos, más allá de que el deseo sería que todos los argentinos pudieran recibir la vacuna.
Esto se contrapone con la negación del Presidente de la Nación de alterar dicho esquema de prevención de la salud para las personas con discapacidades. Asesorado por un grupo de expertos dependientes del poder político resolvieron que deben esperar turno como cualquier ciudadano común. No tienen en cuenta algo básico: casi todas las personas con estas características como autismo, hipoacusia, parálisis cerebral, síndrome de Down, etc. tienen una relación en su vida que no soporta una internación y el aislamiento que requiere esta pandemia, alejados de sus afectos y acompañantes terapéuticos.. Esta situación de encierro los llevaría desgraciadamente a un túnel con final anunciado.
Señor Presidente, tenga la capacidad de un gesto de grandeza, puntualmente en este caso, que llega a miles de argentinos. No traigan Alberto Fernández y Gildo Insfran el recuerdo de la Argentina interpretada tan elocuentemente por la gran María Elena Walsh en “El reino del revés “.
José María García Arecha (h)
Exsenador de la Nación
(UCR - CABA)
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