La llegada de nuevas dosis de Sputnik permitirá continuar con el plan de vacunación al ritmo que pide Axel Kicillof.
PANORAMA PROVINCIAL

La falta de vacunas y la ira de Berni, dos dolores de cabeza para la gestión Kicillof

Axel Kicillof no pasó una semana tranquila. El almanaque y la falta de vacunas para continuar sin sobresaltos con el plan de inmunización recién le dieron un respiro en las últimas horas con el anuncio de la llegada de unas 120 mil dosis de Sputnik V que le evitará tener que frenar el programa contra el coronavirus. En medio de esa incertidumbre, Sergio Berni hizo lo suyo. El gobernador se enojó con su ministro de Seguridad por el nuevo cruce que mantuvo con funcionarios nacionales, pero esa reprimenda terminó con una sonora ratificación en el cargo.
Esos dos temas se transformaron en un quebradero de cabeza para Kicillof. “Berni es así”, dicen en la Gobernación como para dar por concluido el escandaloso encontronazo a los gritos con el viceministro de Seguridad de la Nación tras el hallazgo de la nena secuestrada en capital federal y que fue encontrada en Luján. Juran que nadie en la Nación agarró el teléfono para pedir la renuncia de Berni. No es que falten ganas en algunos despachos oficiales: acaso esa tentación encuentre freno en el enorme peso del principal auspiciante del ministro, nada menos que Cristina Kirchner.
Más allá de sostener que el funcionario se excedió y que cometió un error político que terminó invisibilizando el hallazgo de la nena y exponiendo en cambio en primer plano su propia ira por la poco visible actuación de las fuerzas federales en la resolución del caso, en la Provincia aseguran que ni se analiza el reemplazo del ministro. “Lo que hizo fue desafortunado e innecesario”, señalan, pero le reconocen a Berni su dedicación y un valor agregado que va más allá de sus modales más bien hoscos y que tiene que ver una imagen pública que viene creciendo al margen de los resultados concretos de su gestión.
El nuevo cruce con la Nación por la seguridad no opacó otra de las inquietudes oficiales. La Provincia estuvo a las puertas de atravesar un complicado cuello de botella. Hasta el martes tenía asignados turnos para vacunarse contra el coronavirus y hasta ahí llegaba. El providencial arribo de unas 120 mil dosis del lote total de 330 mil que trajo la última excursión aérea a Rusia, permitirá que el plan de inoculación no sufra un freno abrupto.

Inquietud por la falta de vacunas
Ese dato duro que desnuda la carencia de vacunas inquieta al gobierno bonaerense. Hay 4,7 millones de ciudadanos inscriptos para recibir las variantes Sputnik V, la Sinopharm o la que se pueda conseguir, pero no habrá para una gran mayoría de ellos una fecha cierta de vacunación hasta tanto la gestión de Axel Kicillof disponga del reaseguro de nuevas remesas. Hay otra cuestión central que ahonda esa inquietud: la vacuna china de Sinopharm solo está autorizada para menores de 60 años, lo que deja afuera a los adultos mayores de esa edad que pasaron a ser el objetivo central del plan bonaerense. Se sabe que existen desde la Provincia gestiones insistentes pero aun así discretas, para que la Anmat libere esa prohibición. Tampoco existen certezas en relación a la fecha en que llegarán las tres millones de dosis que compró el país.
La situación es delicada porque los contagios no paran de crecer. La meseta ascendente se mantuvo en las últimas semanas y todos los pronósticos indican que, en función de la situación que se vive en países de la región como Brasil, Chile o Paraguay, el arribo de una segunda ola de contagios se trata apenas de una cuestión de tiempo. Esa llegada previsible e indeseada encontrará a la Provincia bien lejos de la meta original de tener vacunados a 6 millones de bonaerenses para cuando llegue el frío.
La política, mientras tanto, habría vuelto a trabajar en forma sigilosa con un tema que hace ruido: la forma de dar marcha atrás con la ley que limita las reelecciones de intendentes y legisladores. El asunto volvió a emerger durante un encuentro en Olivos del que formaron parte, entre otros, el presidente Alberto Fernández, Máximo Kirchner, el ministro Gabriel Katopodis y los intendentes Mariano Cascallares y Martín Insaurralde.
Si el calendario electoral se mantiene, el cierre de listas opera en junio. Y esa fecha impone una decisión inminente porque la norma comienza a regir para diputados, senadores y concejales que están cumpliendo su segundo mandato y que no podrían volver a ser candidatos. El dato central es que, sin plafón para rectificar la prohibición por ley, se apelaría a un planteo judicial. Hay quienes señalan a un concejal del Conurbano, aún sin nombre y apellido, como el encargado de alzar la bandera que se plantaría en un tribunal de San Martín. Curiosamente, la patria chica Katopodis, uno de los participantes de esa negociación.