Más influencia china y rusa en América Latina por las vacunas
El Banco Interamericano de Desarrollo, uno de los principales organismos de financiamiento de Latinoamérica, señaló que la pandemia ha abierto una puerta para que China y Rusia intenten incrementar su influencia en Latinoamérica, una región donde la llegada de vacunas es desigual y algunos países han dependido sobre todo de las dosis chinas para iniciar sus programas de vacunación contra el COVID-19.
“Cuando hay un vacío en la región, siempre China y Rusia van a buscar la oportunidad... para incrementar su influencia”, expresó el titular del BID, Mauricio Claver-Carone.
“Aunque yo verdaderamente creo que los Estados Unidos y los países de Europa son los socios preferenciales de la región, si hay un vacío, no hay la menor duda de que China y Rusia van a buscar la manera de aprovechar esa evasión”, aseguró al ser interrogado sobre la llegada de vacunas chinas y rusas a la región.
Las declaraciones de Claver tienen lugar en momentos en que escasean las dosis de vacunas para el COVID-19 en todo el mundo y al menos nueve países de América Latina han recibido o esperan millones de dosis fabricadas en Rusia y China. Algunos de ellos como Venezuela, que mantiene fuertes lazos con ambas naciones, las han recibido incluso como donación.
La gran mayoría de los países de América Latina y el Caribe, una de las regiones más afectadas por la pandemia, forma parte del mecanismo COVAX creado por las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales en busca de una inmunización equitativa en todo el mundo.
Pero los países desarrollados han acaparado las compras, limitando la disponibilidad y el acceso a la inmunización de las naciones con menos recursos, incluso a través de COVAX. Sólo un puñado de países latinoamericanos, entre ellos Colombia y Perú, han recibido vacunas del mecanismo.
En todo el continente se han aplicado unas 138 millones de dosis, pero sólo 28 millones han llegado a Latinoamérica y el Caribe, según la Organización Panamericana de la Salud. Países desarrollados como Estados Unidos empezaron su vacunación a fines de 2020, mientras que otros todavía no han podido acceder a las dosis.
Para asegurarse vacunas los países de la región han sellado acuerdos bilaterales con laboratorios de Rusia y China que han ofrecido más disponibilidad, precios más accesibles y acceso más rápido a los inoculantes.
COVAX empezó sus entregas cuando los países desarrollados llevaban ya semanas vacunando. En la región espera terminar de distribuir las primeras dosis en las próximas tres semanas. A través del mecanismo los países acceden a precios más accesibles a una canasta de vacunas aprobadas por la Organización Mundial de la Salud, que hasta ahora no incluye a las rusas ni a las chinas.
Argentina fue el primer país de la región en inmunizar a fines de diciembre al adquirir la rusa Sputnik V en un contexto de mucha competencia y cuando las negociaciones con el laboratorio Pfizer se complicaban. Luego compró millones de dosis de Sinopharm, de China.
Otros de los países que han adquirido o están en negociaciones de obtener esas vacunas son México, Nicaragua, Panamá, Chile, Ecuador, Colombia, Venezuela y Bolivia.
Además de las vacunas chinas y rusas, algunos países han también gestionado acuerdos bilaterales con farmacéuticas europeas y estadounidenses. Esos pactos, sin embargo, han sido complicados y el BID se ha ofrecido a ser garante para facilitar las gestiones.