Tras la sorpresiva cadena nacional que anoche protagonizó Alberto Fernández, circuló con profusión la idea de que el Presidente no había realizado anuncios.
Pero en rigor, lo que sucedió es que el mandatario avisó que se están acabando las escasas vacunas contra el COVID19, de las que actualmente dispone la Argentina. No se trata de una advertencia menor, ante el peligro que encierra la posibilidad de que se venga una segunda ola de coronavirus, tal como sucedió en países de Europa y América. Y ante el colapso de Brasil, donde no sólo se quedaron sin camas de terapia intensiva sino que se expandió una cepa potencialmente letal del virus. La aparición de Alberto Fernández en la cadena nacional tomó por sorpresa a los periodistas acreditados en la Casa Rosada. Así de sigilosa fue la preparación del discurso, lo que disparó conjeturas sobre el objetivo político del jefe de Estado: había que dar una noticia. El Presidente se refirió específicamente al operativo de vacunación contra el COVID-19. Y admitió que sólo llegó al país el 6 por ciento de la cantidad total de dosis que el Gobierno contrató con laboratorios extranjeros. También sostuvo que está “desaconsejado viajar al exterior” ante la eventual segunda ola de coronavirus. Más temprano, había compartido una videoconferencia con los gobernadores provinciales para analizar medidas que no impliquen un cierre de la economía, como en conjunto decidieron a esta altura del año pasado. Tanto la Casa Rosada como las Gobernaciones entienden que no hay margen social para volver a la cuarentena estricta. La presencia del gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, en los principales despachos de la sede gubernamental; y la recepción de Alberto Fernández al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, completaron una jornada de fuerte tonalidad política para el Gobierno. Al final del día, la cadena nacional reflejó la necesidad presidencial de no quedar fuera de escena.
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