La suba de los combustibles jaquea las proyecciones de inflación del ministro Guzmán

Con una inflación anualizada que aún supera el 40%, las anunciadas subas de combustibles para los próximos meses dejan fuera de combate la proyección de costo de vida del 29% realizada por el equipo económico de Martín Guzmán para este año.
Desde este martes, YPF subirá entre 5% y 8% los precios, en lo que será seguida de inmediato por el resto de las petroleras.
Las subas escalonadas hasta mayo podrían superar el 18% y luego -prometen- no habría más incrementos durante el año.
El Gobierno decidió acelerar los ajustes en los combustibles para alejarlos del período electoral -las legislativas se harían en noviembre- con el fin de retener el control del Congreso.
Todavía queda un ajuste en las tarifas de electricidad y gas sobre cuya magnitud se desató un fuerte debate en el seno de la alianza gobernante.
Mientras Guzmán pretende actualizar las tarifas en niveles de dos dígitos para reducir subsidios que rondan los u$s 8.000 millones anuales, y mejorar la posición fiscal, el kirchnerismo quiere patear esa medida para después de las elecciones.
Esto explicaría la cada vez más firme posibilidad de que el acuerdo con el FMI se termine de cerrar hacia fines de este año, ante la imposibilidad de cumplir las expectativas de ajuste de las cuentas públicas que tiene el organismo.
El impacto del alza de los combustibles que deja fuera de combate las proyecciones de inflación, será fuerte y se arrastrará a toda la cadena productiva, presionando aún más sobre precios que el Gobierno no logra poner bajo control a pesar de los distintos planes lanzados.
Seguirá pegando sobre los rubros de alimentos y bebidas, y el transporte, los que más impactan sobre la franja de menores recursos de la población.
La Argentina sigue sufriendo una escalada de precios que logró ser controlada en casi todos los países del mundo, en especial los de la región, y no deja de multiplicar los índices de pobreza.
Las subas, especialmente en productos de primera necesidad, hunden a amplios sectores de la población que no pueden hacer frente a la sostenida escalada.
Mientras la inflación de los últimos doce meses fue del 40,7% anual en el país, en Brasil fue del 4,5%, en Chile del 2,9% y en Paraguay del 2,5%.
Una disparidad que pone en tela de juicio la competitividad de las cadenas productivas y advierte sobre una presión impositiva cada vez más insostenible, que partiendo de un IVA del 21% que infla todos los precios de la economía.
Los cálculos de distintas entidades indican que los argentinos trabajan casi la mitad del año para pagar impuestos de Estados cada vez más ineficientes, incapaces de brindar los servicios de salud y seguridad que prometen.
El norte del país es la zona más afectada por la pobreza - ronda el 43%- y la inflación -46%-, y también las provincias con mayor empleo público en el país.
Una de las razones es que el precio de los alimentos subió casi 53% en es región donde se aglutinan provincias como Formosa y Chaco.
En un intento por contener la inflación, Guzmán apuesta al retraso cambiario, como lo hicieron casi todos sus antecesores en algún momento de la historia argentina.
El tiempo que prolongue esa estrategia terminará definiendo la magnitud de la bomba de tiempo que en algún momento habrá que desactivar.
Es que el tipo de cambio, más tarde o más temprano, termina alineándose con la marcha de los precios.
Si bien el Gobierno podría pagar los vencimientos de deuda de este año con el aporte que el FMI prevé realizar para sus naciones miembro -a la Argentina le tocarían unos U$S 3.500 millones- las reservas disponibles siguen en niveles estrechos, lo cual complica toda la estrategia cambiaria.
Pero la demora en firma el acuerdo para priorizar las elecciones no será gratuita.
Existen créditos a empresas que están frenados por bancos internacionales a la espera del cierre de algún tipo de convenio con el organismo.
La duda en el mercado es si finalmente se terminará de acordar este año y, como dato nuevo tras el anuncio del presidente Alberto Fernández, qué capacidad de daño tendrá la demanda judicial lanzada por el oficialismo para investigar el préstamo otorgado por el Fondo a Mauricio Macri.
La decisión causó confusión en el organismo, porque no se sabe hasta qué punto puede salpicar a varios de sus principales burócratas, incluida la ex número uno del Fondo, la influyente Christine Lagarde, ahora presidenta del Banco Central Europeo.

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