ENCUESTA DE DEMOCRACIA

El 70% reconoció que teme una suba de los casos de coronavirus en el país

De hecho, ante la pregunta: “¿Teme un aumento en los contagios?”, el 70 por ciento de los participantes respondió que “sí”, mientras que el 30 por ciento restante contestó que “no”. En total participaron del sondeo virtual de este diario 118 lectores. Esta semana se cumplió un año desde que un paulista se convirtió en el primer contagiado de coronavirus en América Latina.

La gran mayoría de los votantes en la encuesta semanal de Democracia, que se publica en el sitio de Internet www.diariodemocracia.com y en el perfil del diario en la red social Twitter, admitió que le preocupa que haya un incremento de los contagios  de coronavirus en los próximos meses. 
De hecho, ante la pregunta: “¿Teme un aumento en los contagios?”, el 70 por ciento de los participantes respondió que “sí”, mientras que el 30 por ciento restante contestó que “no”. En total participaron del sondeo virtual de este diario 118 lectores. 

A un año del primer caso en América Latina
Esta semana se cumplió un año desde que un paulista se convirtió en el primer contagiado de coronavirus en América Latina y desde entonces Brasil ingresó en una escalada que lo tiene como el tercer país con más casos y el segundo con más fallecidos, mientras el resto de la región se esfuerza por lograr dosis de algunas de las vacunas y teme por una posible segunda ola.
Un hombre de 61 años que había estado en Italia –en Lombardía, norte del país- fue el primer confirmado oficial como positivo de Covid-19, cuando de la enfermedad se sabía realmente poco y nadie imaginaba la catástrofe sanitaria, social y económica en que derivaría.
Desde entonces, solo Brasil computó más de 10 millones de casos y hoy superó los 250.000 muertes, detrás de Estados Unidos, que esta semana batió el récord de más de 500.000.
Colombia, Argentina y México son los otros países de la región con un número importante de casos, aunque sus sistemas sanitarios les permitieron evitar imágenes terribles como las que se vieron en Perú y Ecuador, por ejemplo.
Ahora, mientras Latinoamérica pugna por vacunas y se permite un respiro en el número de casos, en parte por las insistentes campañas de prevención, es Europa la que enfrenta el temor de una tercera ola, por lo que persisten los confinamientos, los cierres de frontera y los toques de queda.
Brasil lleva compradas 130 millones de dosis, quizás como una reacción tardía de un gobierno que subestimó la pandemia y hasta vitoreó a un presidente que dejó para la historia una de las frases que se recordará de 2020: “Es una gripezinha”, dijo en su portugués natal Jair Bolsonaro en marzo, unos meses antes de ser él mismo uno de los contagiados.
La mirada de Bolsonaro se emparentó directamente a la del entonces mandatario estadounidense, Donald Trump: minimizar los riesgos, mostrarse en público sin medidas de prevención, recomendar simples desinfectantes, asegurar que la situación estaba “bajo control” y, claro, contagiarse después.
El resto de los países de la región tuvieron políticas oscilantes, medidas restrictivas variadas –más fuertes en algunos casos, como Argentina y Colombia; intermedias en otros, como Chile y Bolivia; y muy suaves, como Uruguay-, pero siempre parecieron tener en claro el riesgo que significaba la pandemia, que, mientras, hacía estragos en las economías por la paralización de casi toda la actividad industrial, comercial y turística.
Bolivia, Colombia, Argentina, Paraguay, Chile, Perú, Venezuela y Ecuador tienen montados –con las obvias diferencias de magnitud y estructura- operativos vacunatorios. Uruguay es el único país de la región que no comenzó a inmunizar y lo hará desde el lunes.

América Central
En América Central, en tanto, las medidas fueron de cumplimiento dispar, pero las poblaciones más pequeñas permitieron mayores controles y ahora todos esos países avanzan, aunque lentamente, hacia operativos masivos de vacunación.
Claro que algunos Estados pudieron disponer de millones para adelantar compras y otros apenas pudieron contar con algunas miles de dosis y esperan ahora que el mecanismo Covax –creado para inmunizar a las naciones más pobres- haga su parte.
Europa, en cambio, vive su propia historia: hoy mismo sus principales líderes discutieron en forma virtual los problemas de la distribución de vacunas, cómo enfrentar las variantes de la enfermedad y los controvertidos cierres fronterizos.

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