Ir al chino en medio de una mañana intensa de trabajo es uno de los placeres más gratificantes de esta vida. Un paseo que ayuda a desconectar encontrando cosas que uno nunca fue a buscar. Al salir, entre otras cosas, aparecen en la bolsa los bizcochos de grasa. Protagonistas de muchas oficinas de la ciudad. Racionalizar esta compra es parte de un ejercicio que quiero compartir con ustedes, por ahí acierto y les pasa lo mismo.
La tendencia light nos llega a todos y cuando compramos algo que refiere a “grasa” se nos enciende un alerta, como si se tratara de un pecado mortal, una decisión que debemos “negociar” con nuestra “culpa”. Imagino no soy el único. En este recorrido surgen las opciones para disminuir el impacto del tremendo “permitido”: las promesas bajas en calorías.
La góndola propone y el inconsciente dispone. El impulso grasoso sufre un “freno” por lo que me inclino por un “daño menor”. Es acá donde el estímulo del packaging logra su cometido. Hay uno que en su leyenda destaca “88% menos de grasa”. Parece veraz, por inexacto. No acuden al cliché del número redondo. Surge el verdadero sentido de los mensajes que, claramente, lejos están de ser cuestiones racionales, descriptivas respecto a la información exacta del producto en cuestión.
Acaso el fabricante pudo ensayar una corrección, un contra-argumento a la propuesta publicitaria. “No perdamos oportunidad de comunicar que tenemos un 90% menos de grasa”. Imagino el debate interno, un absurdo porque la verdadera batalla está en la mente de los consumidores, es ahí donde se termina de configurar el significado, el efecto y el impacto comercial.
Lo importante es la estrategia de construcción de sentido. Las palabras, por sí solas, carecen de significado, somos nosotros quienes las completamos. Una especie de encuentro simbiótico. Parece ilógico, ¿por qué 88% es más efectivo que 100%? Es simple, porque todos ofrecen el 100% una sobre-promesa que muy pocas veces se cumple. La única verdad es que a la verdad la creamos entre todos. Hoy llego hasta acá, estoy a un 88% y eso, con este calor, vale mucho más que un 100%.
MARKETING APLICADO
Menos es más
La fórmula de los mensajes publicitarios.
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