Borís Vasílievich Spassky
TRIBUNA DEL LECTOR

El mundo del ajedrez

Recuerdo la noche de La Plata, por 1960, cuando el Club de Ajedrez recibió la visita del gran maestro soviético Borís Vasílievich Spassky, quien enfrentó en simultáneas a los mejores tableros de La Plata, ciudad que tuvo y tiene grandes ajedrecistas, acaso porque el casco platense fue diseñado como si fuera un gran tablero de ajedrez.
Allí estaba como espectador un joven estudiante de derecho juninense, quien miraba con asombro la proximidad del futuro campeón mundial de ajedrez.
El espacio normalmente era amplio, pero esa noche éramos muchos los que escuchamos la primera movida del soviético por todos los tableros.
Cuando terminaron las partidas tuve oportunidad de estrechar la mano de Spassky y me fui en la soledad de la noche hacia mi morada, en 5 y 64. No muy lejos de allí.
Siempre me gustó el ajedrez, pero también siempre supe que el ajedrez requiere una dedicación enorme si se quiere jugar aceptablemente.
Los 64 escaques, las 16 piezas para cada jugador, son un mundo.
Mundo de reglas, de respeto, en el cual el talento y el mérito deciden la suerte.
La Argentina nos decía por entonces que el estudio, el mérito, la perseverancia tenía importancia y edificaba una sociedad más justa.
Desde luego que en Junín siempre hubo ajedrecistas de nota, y felizmente los jóvenes se acercan a su club y mantienen viva la historia.
Historia que sostiene el recuerdo de aquellos que llevados por sus sueños juveniles entraron a jugar la Partida inmortal, en suelo misionero  
No quiero terminar sin mencionar una serie: “Gambito de Dama”, que merece verse y –acaso- una joven voluntad se aproxime a un tablero. Y allí el talento, el mérito y la perseverancia jugarán su partida.

Juan Horacio Fay
LE 4.965.049

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