Diputada Provincial Vanesa Zuccari.
OPINIÓN

La vuelta a las aulas: Tiempo de evaluaciones y proyección hacia 2021

Habrán transcurrido siete meses sin clases presenciales en la provincia de Buenos Aires cuando alumnos de 24 distritos bonaerenses regresen escalonadamente a las aulas, con los respectivos protocolos sanitarios.

El anuncio de la Dirección General de Cultura y Educación bonaerense, en consonancia con la Resolución 370/2020 aprobada recientemente por unanimidad por el Consejo Federal de Educación – conformado por los ministros de Educación de todas las jurisdicciones-, pone de manifiesto un criterio arbitrario y poco claro respecto a la circulación del virus y la selección de los municipios donde se promoverá inicialmente el regreso escalonado a las aulas.
El enfático y persistente reclamo que sostuvimos para comenzar a pensar el retorno a la escolaridad –plasmado por la vía institucional en agosto a través de la presentación de un proyecto en la Cámara de Diputados para promover el regreso paulatino a clases en municipios sin circulación comunitaria del virus- no respondía a una cuestión de marketing ni oportunismo, como en reiteradas ocasiones se intentó instalar para desviar la discusión e invisibilizar la problemática de fondo: la compleja realidad que padecían y siguen padeciendo nuestros alumnos, agravándose la situación de aquellos que presentan dificultades relacionadas al acceso a la conectividad y perdieron el vínculo con la escuela.
Esta prueba piloto que significará el retorno a la presencialidad con prioridad para los alumnos del último año de los niveles primario y secundario, será materia de análisis para obtener conclusiones respecto a lo que sucedió en estos meses y determinar dónde estamos parados para pensar los lineamientos del futuro.
La resocialización de los alumnos y el fortalecimiento del lazo con la institución escuela representarán un enorme desafío. Pero sobre todo retomar el proceso de enseñanza presencial para motorizar el aprendizaje de los estudiantes. Allí quedará evidenciado el grado de implicancia que tuvo la virtualidad en la acreditación de saberes durante el aislamiento.
Este escaso tiempo que resta del año también otorgará la oportunidad de  diseñar y planificar una política educativa para el ciclo lectivo 2021, que readecue los contenidos curriculares donde la virtualidad sea realmente entendida como herramienta que dote de sentido a la educación, garantizando la continuidad pedagógica.
Dar respuestas frente a la deserción escolar será otro punto para abordar. Una vez en el aula sabremos cuántos alumnos volvieron y cuántos no. Frente a pronósticos alarmantes sobre abandono, se requiere voluntad y decisión política para trazar un plan que también apunte a salir a buscar y recuperar a los chicos hoy marginados y desterrados de la escuela.<
(*) Diputada por la PBA por UCR-JxC Autora de un proyecto sobre la vuelta a clases en distritos en Fase 5 y pequeñas localidades