La disconformidad que existe en el oficialismo con la marcha de la gestión del Gobierno nacional sigue alimentando versiones de recambio en el Gabinete. La última de ellas corrió como un reguero de pólvora esta semana porque Aníbal Fernández estuvo en dos ocasiones en la Casa Rosada y su interlocutor no fue otro que el presidente Alberto Fernández.
El actual interventor de Yacimientos Carboníferos de Río Turbio (YCRT) es uno de los dirigentes que fatigan los medios de comunicación con un discurso de defensa del Gobierno, pero el cargo que ostenta es de bajo rango en términos políticos. Por ende, su presencia el lunes y el miércoles en la zona presidencial de la Rosada no pasó inadvertida en el Frente de Todos. El ex jefe de Gabinete de Cristina Kirchner es uno de los tantos referentes peronistas que piensan que al Gabinete de Alberto Fernández le falta volumen político. Hay varios funcionarios, incluido el ministro coordinador Santiago Cafiero, que están en la mira de los distintos sectores de la coalición gubernamental, en caso de que el Presidente avance con un recambio. Sin embargo, Alberto Fernández no piensa reemplazar ahora a Cafiero. Pero el jefe de Gabinete podría ser candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires el año que viene, con lo cual su salida no sería interpretada como una derrota interna sino como un ascenso político. En todo caso, la interpretación dependería del resultado electoral.
“Hay muchas especulaciones, pero lo que se observa es que el Gabinete no lo resguarda al Presidente y eso le provoca a Alberto un desgaste que se podría evitar”, advirtió uno de los intendentes que participaron del homenaje a Juan Domingo Perón, a 125 años de su nacimiento, que se realizó ayer en la quinta histórica de San Vicente. La liga de intendentes del peronismo bonaerense aspira a colocar, en las próximas semanas, a dos de los propios en el Gabinete nacional: Santiago Maggiotti (Navarro) y Francisco Echarren (Castelli) son mencionados para desembarcar como segundos en los ministerios de Hábitat y de Transporte, respectivamente. La ministra de Hábitat, María Eugenia Bielsa, es una de las funcionarias más cuestionadas dentro del oficialismo. Ya le sacaron de la cartera un programa de urbanización de barrios populares, que pasó a Desarrollo Social, bajo el mando de Daniel Arroyo y de las organizaciones sociales.
Otra ministra señalada por las críticas es la antropóloga Sabina Frederic, a cargo de Seguridad. Pero tal vez el ministro que recibe más críticas internas en el FdT es Matías Kulfas, de Desarrollo Productivo, uno de los economistas de mayor confianza de Alberto Fernández. Algunas fuentes del oficialismo sostienen que ese podría ser un destino para Aníbal Fernández en caso de que el Presidente consiga quebrar la resistencia que genera en la mesa chica de la Rosada. En los últimos días, el ministro que estuvo en el ojo de la tormenta fue Felipe Solá. El canciller fue cuestionado por la postura que adoptó la Argentina de apoyo al “informe Bachelet” que condenó la violación a los derechos humanos en Venezuela.
Solá replicó ayer que los problemas del país son otros y que sus críticos “hablan para el círculo propio” y no colaboran con el Gobierno. El presidente Fernández participó ayer de la presentación de un libro de homenaje militante a Néstor Kirchner, en un acto del que no participaron Cristina y Máximo Kirchner. Allí también se registraron, como en San Vicente, comentarios por lo bajo que especularon sobre cambios en el Gabinete. Se trata de un tema que ya está instalado entre la dirigencia del oficialismo. La liga de intendentes del PJ bonaerense aspira a colocar dos de los propios.
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