Todos tenemos enemigos, Y de tan sólo leer esta palabra seguramente aparezcan de inmediato algunos nombres en tu mente. Pero ¿Cuántas veces pensaste si ese enemigo no sos vos, con vos mismo? Para tu asombro, más de una vez ese enemigo lleva tu nombre. Son enemigos no invasivos, pero altamente perjudiciales. Ellos se encuentran en nuestra mente, en nuestro camino y si comenzamos a prestar atención y ser más conscientes podremos identificarlos y reconocerlos para trabajar con ellos a nuestro favor.
Para tu asombro, más de una vez ese enemigo lleva tu nombre. Daniela Trech
Nuestros enemigos son los del “aprendizaje” y los más comunes a los cuales nos sometemos inconscientemente son: 1- La incapacidad o miedo de decir “no sé”, porque nos cuesta reconocer que hay cosas que no sabemos y nuestro ego nos grita “ya lo sé”, perdiendo el momento de expandir nuestro conocimiento y de hallar oportunidades. 2- Considerarnos víctimas, culpando de nuestros problemas culpa a factores externos y así nos quedamos sin resolver ni aprender. 3- Considerarnos demasiado grandes, o chicos, porque no es el momento, o el famoso yo no puedo, es complicado para mí, impidiéndonos explorar lo nuevo. 4- Cuando no sabemos que no sabemos, podemos declarar la ignorancia como el “umbral del aprendizaje”. 5- Queremos tenerlo todo claro todo el tiempo, teniendo siempre respuesta. 6- Somos fanáticos de esas respuestas en lugar de hacernos las preguntas que nos abren caminos, de hacernos esas preguntas correctas en lugar de pensar sólo en respuestas. 7- Estamos a mil todo el tiempo y no le asignamos lugar ni momento al aprendizaje. 8- Nuestra incapacidad para desaprender, porque pensamos que si funcionó bien hasta ahora lo va a seguir haciendo. Es más sencillo quedarse en la zona de confort en lugar de cuestionarnos lo aprendido y crear la vida que queremos. 9- Creemos que aprender y divertirse no son un mix posible. 10- Confundimos saber con estar informado, cuando esto último no se traduce en capacidad de acción que se refleja en resultados. 11- Creemos que nadie nos va a enseñar nada por lo que ya vivimos o pasamos en nuestra vida, o bien porque creemos que nadie nos “alcanza”, desvalorizando y subestimando al otro. 12- Creemos que saber es sinónimo de tener la verdad. ¿La verdad para quién?
La única verdad aquí es que estos enemigos que nosotros mismos alimentamos, limitan nuestras capacidades para aprender y avanzar en nuestro crecimiento personal y profesional y por sobre todo en nuestro bienestar.
Para vencer a nuestros enemigos hay que quitarles el poder, y para eso, tenemos que revelarnos a nosotros mismos.
(*) Coach de Mujeres, neurosicoeducadora, autoestima trainer. Instagram: @danielatrech
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