Quiero evitar la nostalgia al tocar un tema que, desde mi perspectiva profesional, tiene gran relevancia. Me refiero a la pérdida del valor de los símbolos no como “llanto de cafetin” sino como una oportunidad de negocios.
El recién transferido grita un gol y se besa la camiseta jurando amor eterno hasta que le llega la oferta del fútbol Chino y arma las valijas. Las corporaciones expresan compromiso en su “misión, visión y valores” pero por atrás tiran los desechos al río. El cura dice, a veces mucho, a veces poco mientras los fieles relojean el celular. Situaciones diversas que nos demuestran que están cayendo todos los bastiones simbólicos. Corporativos, deportivos, religiosos, faltaba el último y está por caer: el social.
Cuando la pandemia llegó los aplausos se hacían escuchar. Todos los días, en un determinado momento la gente salía a la vereda o se asomaba por los balcones. Una comunión que nos dejaba tranquilos con nuestra conciencia. Acaso de esta forma le estábamos devolviendo la gentileza al personal sanitario. Al cabo de los meses, la ceremonia fue perdiendo fuerza y solo se escuchaban unos pocos, que por ser pocos, se sentían especiales y exacerbaban el acto.
Videos, stories de instagram y etiquetas del #noscuidamosentretodos configuraban una cosmética que se fue derrumbando. Nos sentíamos bien, no era por ellos sino por nosotros. Nos completaba, nos llenaba el alma pero fue insuficiente. Resulta que esos héroes son personas y nos pedían algo simple. No pudimos. El aplauso tenía que ir acompañado de un comportamiento y es ahí donde todo se cae, donde la bandera pierde fuerza y deja de flamear.
Me alejo un poco del pesimismo y tiro la semilla. En este espacio siempre hablamos de marcas. Hoy más que nunca, cuando el artificio gráfico o discursivo está al alcance de todos decir es fácil, lo difícil es hacer o mejor dicho cumplir. Ser consecuente con lo que se dice y se hace es uno de los diferenciales más relevantes que una persona, empresa o la sociedad en su conjunto puede tener en la actualidad. Evitemos el atajo, el símbolo es para representar aquello que previamente debíamos construir o hacer. Convertite en una marca coherente y consistente, decilo, pero sobre todas las cosas, hacelo. Just Do It!
MARKETING APLICADO
Aplaudidores
El vacío simbólico
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