Un ruidoso llamado de atención para el Gobierno
ENFOQUE

Un ruidoso llamado de atención para el Gobierno

El masivo "banderazo" nacional realizado hoy en medio de la cuarentena por la pandemia de coronavirus supone un llamado de atención para el Gobierno, más allá de la diversidad de consignas que caracterizó a la protesta de este lunes feriado.
La marcha, cuestionada a viva voz por el oficialismo, tomó las calles de las principales ciudades de la Argentina para interpelar a la clase dirigente con cánticos, bocinazos y cacerolazos, al gobierno de Alberto Fernández y en especial a la vicepresidenta Cristina Kirchner.
En este sentido, en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) la convocatoria se centró en la zona del Obelisco, en las inmediaciones de la Quinta Presidencial de Olivos, en el norte del Conurbano, y en cercanías del domicilio de la expresidenta en Juncal y Uruguay, en el barrio porteño de Recoleta.
En la manifestación, anunciada en principio en defensa de la libertad en medio de la prolongada cuarentena que se registra en la Argentina, sobre todo en el AMBA, se entrelazaron numerosas consignas, aunque el rechazo al proyecto de reforma judicial del Gobierno sumó la mayor cantidad de adhesiones.
Quienes tomaron parte de la marcha también expresaron su preocupación por la crisis económica que afecta al país y por el aumento de la inseguridad, pero en general los mensajes de los participantes en este #17A se caracterizaron por un tono cincelado por la decepción o el desencanto con la política.
Se escucharon voces planteando con qué necesidad el Gobierno impulsa justamente una reforma de la Justicia federal penal en medio de la pandemia de coronavirus y mientras varios sectores de la sociedad permanecen ahogados en la angustia de no poder ejercer labores productivas desde el 20 de marzo pasado, como la industria de la construcción, empresas vinculadas con el turismo por ejemplo o algunos comercios.
En ese ámbito judicial, precisamente, el federal penal, se tramitan las causas por supuestos actos de corrupción en contra de Cristina Fernández de Kirchner.
La Casa Rosada cuestionó la movilización y advirtió sobre el peligro de que contribuya con un eventual aumento de contagios de Covid-19, en tanto referentes del oficialismo tildaron de opositora y hasta de presuntamente "desestabilizadora" a la manifestación de este lunes, feriado por la conmemoración del 170° aniversario del libertador José de San Martín.
De cualquier modo, la marcha supone un fragoso llamado de atención para el Gobierno, que no logra generar esperanza en un amplio sector de la sociedad en medio de una cuarentena cuyo final aún permanece incierto tras casi cinco meses de extensión.
Miles de personas salieron a las calles sin manifestar necesariamente pertenencia a un espacio político determinado ni responder a un liderazgo político definido, por tercera vez en medio de la pandemia, y para la Casa Rosada significaría un error grosero de interpretación tacharlos de manifestantes "anti-cuarentena".
Más aún tomando en cuenta que por primera vez desde que se inició la cuarentena, y desde que comenzó su propia gestión, algunas encuestas muestran que la imagen negativa de Fernández superar a la imagen positiva del presidente de la Nación. 

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