Arturo Illia
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Arturo Illia: 120 años de su Nacimiento

Hace 120 años nacía un hombre que habría de ser ejemplo vívido de la República y la Democracia en nuestro país: Arturo Umberto Illia, fue el nombre impuesto por sus padres al nacido el 4 de agosto de 1900 en Pergamino. Por Diego Barovero

Adhirió bastante chico a la UCR, ha sido constantemente hombre de partido, sin dobleces, extremista de hacha y tiza, recibido de doctor admitió el mandato de Hipólito Yrigoyen de ser doctor de los Trenes en Cruz del Eje, Córdoba. Ahí se radicó y conformó su familia.

Arturo Illia se fogueó políticamente en la Córdoba que ha sido cuna del reformismo universitario y en las peleas cívicas de la UCR mediterránea que capitaneaba Amadeo Sabattini y que les triunfó limpiamente a los conservadores liberando para toda la vida a la provincia del fraude en que éstos la tenían sumida como al resto de la república.

Larga trayectoria de Arturo Illia

Ha sido senador provincial y vicegobernador de la administración progresista de Santiago del Castillo, otro gran relacionado del radicalismo cordobés.

En el apogeo peronista, arribó al Congreso para incorporarse a la legendaria bancada extremista de los 44 que presidía Balbín y vicepresidía Frondizi. Convertido en relacionado nacional insoslayable del radicalismo, ha sido escogido gobernador de Córdoba en 1962 aun cuando no ha podido aceptar por la derogación de los comicios que precedió a la destitución gubernamental constitucional de entonces.

Su candidatura a mandatario de 1963 ha sido elección estratégica del radicalismo del poblado para garantizar un éxito que impidiera el continuismo ya fuera a manos del general Aramburu o del Frente que los militares azules tejieron con el peronismo.

Arturo Illia, Perette y la UCRP ganaron legítima y limpiamente las elecciones del 7 de julio de dicho año con el 34 % de los votos afirmativos válidos y de consenso al sistema electoral consagrado por la Constitución Nacional de 1853 obtuvieron la más grande parte absoluta (57%) de los votos de los colegios electorales.

Jamás existió el mal denominado “pecado de ilegitimidad” difundido por periodistas, sindicalistas y exponentes del “establischment” para justificar el golpe. No hubo proscripción del peronismo. Bajo otras denominaciones los múltiples conjuntos peronistas trataron de junto con el ministro Rodolfo Martínez y el comandante del Ejército Juan Carlos Onganía estructurar un frente electoral con un candidato “aprobado” a partir de Madrid, al no lograrlo arribó la orden de votar en blanco.

Arturo Illia ha sido un mandatario ejemplar, mal que les a pesar de los militares que lo derrocaron en concupiscente acuerdo con sindicalistas corruptos, periodistas ganapanes y delegados del capitalismo financiero concentrado.

Ciertos comunicadores y varios políticos (incluso ciertos de sus correligionarios) se limitan a elogiar su condición de hombre honrado y bondadoso, respetuoso de las maneras democráticas y a su honradez proverbial.

Incurren de esta forma en una grave omisión sobre las verdaderas condiciones de estadista que enmarcan la gigantesca personalidad de aquel gran hombre que presidió el territorio por apenas mil días.

 A lo extenso de su regimen impulsó un intenso proceso de nacionalismo económico (anulación de contratos petroleros lesivos de la autonomía nacional, Ley de Medicamentos) y idealización indicativa, la custodia de los intereses de los sectores famosas asalariados (Ley del Sueldo mínimo, esencial y móvil, más grande colaboración en el reparto de la renta nacional), la mayor inversión presupuestaria en enseñanza, ciencia y tecnología (25% del Presupuesto Nacional) y una política exterior de firme contenido antiimperialista, americanista y de autodeterminación de los pueblos.

 Ha sido entonces que se hizo el mayor triunfo diplomático respecto del reclamo sobre la autonomía argentina en las Islas Malvinas por medio de la Resolución 2065 de las naciones unidas que imponía a Gran Bretaña el diálogo bilateral que hubiera sentido a mediano o largo plazo la recuperación pacífica del archipiélago. 

Ahora recordamos a Arturo Illia, a sus 120 años de nacimiento. El tiempo nos lo seguirá recordando.

 

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