OPINIÓN

Una puesta en escena televisiva y una decisión política, más que sanitaria

Al final se escucharon aplausos, como sucede al concluir los programas televisivos que van en vivo. Alberto Fernández, Axel Kicillof y Horacio Rodríguez Larreta habían estado dos horas al aire, hablando sobre la nueva fase de la cuarentena y monopolizando la atención pública desde la quinta de Olivos. Allí, se montó en esta oportunidad un set televisivo en el quincho de la residencia, al comando de Javier Martínez, arquitecto del Canal Encuentro. El Presidente terminó satisfecho con la presentación, que esta vez incluyó también a gobernadores del interior del país. Los colaboradores del Presidente destacaron que todos los canales de televisión, de aire y de cable, pusieron en pantalla la conferencia que se desarrolló entre las 13.08 y las 15.12. Los gobernadores Gerardo Morales (Jujuy), Arabella Carreras (Río Negro) y Jorge Capitanich (Chaco) estaban preparados una hora antes. Detrás de cámaras, la intervención del Presidente fue seguida de cerca por el jefe de Gabinete, Juan Pablo Cafiero; el ministro del Interior, Wado de Pedro; el secretario Julio Vitobello y el vocero Juan Pablo Biondi. A Kicillof, en tanto, lo custodiaron su jefe de Gabinete, Carlos Bianco; y la ministra de Comunicaciones, Jésica Rey. Larreta estuvo acompañado en Olivos por su vicejefe Diego Santilli. El "tridente" del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) tuvo una reunión previa de media hora, antes de sentarse frente a las cámaras. El mecanismo de presentación ya está aceitado, porque la de hoy fue la quinta conferencia que compartieron a raíz de la pandemia de coronavirus. A diferencia de otras ocasiones, Kicillof habló solamente 22 minutos, prácticamente la misma cantidad de tiempo que Larreta.

 El discurso del Gobernador no perdió, sin embargo, su estilo de tono confrontativo: criticó a los que "quieren instalar que todo el mundo se está abriendo después de la pandemia menos nosotros". Larreta, por su parte, introdujo la palabra "libertad" –cara al discurso macrista, expresado en las últimas manifestaciones en medio de la cuarentena-, al tiempo que justificó su cercanía al Presidente –cuestionada por algunos sectores de Juntos por el Cambio- en el hecho de que "se atraviesa uno de los momentos más difíciles de la historia". Alberto F. tuvo tiempo, a su vez, para pasar mensajes políticos internos –para de la coalición gobernante- y externos, dirigidos al macrismo. "El que pretenda que yo deje de dialogar...", inició una frase que no concluyó, cuando le preguntaron por las críticas que le hicieron estos días desde sectores afines a la vicepresidenta Cristina Kirchner. "El que gobierna es como un director de orquesta. No puede dejar de hablar con el que toca el clarinete, el oboe o el piano", agregó el Presidente en un mensaje críptico, pero bastante comprensible para los oídos entrenados de la dirigencia política. Menos claro quedó, al cabo de la presentación y de la conferencia –en la que sólo se permitieron cuatro preguntas, sorteadas de antemano-, fueron los motivos por los cuales se decidió flexibilizar la cuarentena en el AMBA cuando la cantidad de contagios está en alza, especialmente en el Conurbano. Evidentemente, se trató de una decisión política, con otra lógica diferente a la estrictamente sanitaria