Con motivo que genera asombro, el país ve por primera vez que la vicepresidenta de la Nación realiza una consulta al Poder Judicial en su máxima expresión, la Corte Suprema de Justicia, sobre si el Senado de la Nación puede sesionar de acuerdo con una norma especial que se aparta del reglamento que según la Constitución se dicta dicho cuerpo, como así también la Cámara de Diputados.
Mucho llama la atención que efectúa dicho pedido quien ha sido legisladora provincial de Santa Cruz, senadora nacional en varias oportunidades, diputada constituyente en 1994 y también nacional. Más aún cuando como integrante del poder de la provincia y de la Nación desconoció tres fallos de la Corte Suprema para reponer en su cargo al procurador de la provincia de Santa Cruz, ignorando reiteradamente un dictamen del mayor organismo judicial del país y de cumplimiento obligatorio.
Ante el drama de la pandemia que vivimos, no merecemos poner a las instituciones en el barro y el descrédito internacional. Si viviera Tato Bores, lo rescataría con su fina ironía dentro de los dislates políticos en nuestro querido país.
(*) Exsenador de la Nación (UCR, CABA)
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