Será voluntario finalmente el recorte de dietas en el Congreso, en medio de la pandemia de coronavirus. Esto quiere decir que dependerá del ánimo y de la decisión de cada legislador aportar un porcentaje, o la totalidad de sus ingresos, como colaboración para la lucha contra el avance del Covid-19 en la Argentina.
Una iniciativa del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, para avanzar con un recorte de haberes generalizado del 40 por ciento no prosperó por resistencia del propio oficialismo y, además, porque el presidente de la Nación, Alberto Fernández, le bajó el pulgar.
Trascendió incluso que el jefe de la bancada del Frente de Todos, Máximo Kirchner, una suerte de "stopper" de Massa en la Cámara baja, se encargó de enfriar la propuesta del tigrense, que debió conformarse con un largamente más acotado Plan B.
Sin el respaldo del kirchnerismo ni de Balcarce 50, Massa, en definitiva, anunció un recorte de 200 millones de pesos durante cinco meses allí en Diputados para destinar ese ahorro al sistema sanitario nacional.
De todos modos, esos $40 millones por mes surgirán de la misma parálisis de la actividad parlamentaria en medio de la pandemia, con "cajas" que quedaron disponibles para ser destinadas a la lucha contra el virus. Por ejemplo, los pasajes aéreos no utilizados por asesores y demás personal de la Cámara.
Máximo Kirchner, por su parte, decidió avanzar con un proyecto propio destinado a lograr que sean los sectores "más pudientes" de la sociedad los que financien el sistema sanitario doméstico en este contexto de emergencia.
Básicamente, los "ricos". Sobre este asunto discutieron en los últimos días legisladores del oficialismo y, a propósito, estuvo cerca de morder el pasto la titular de la AFIP, Mercedes Marcó del Pont, cuando deslizó en una entrevista de radio que ese organismo estaba "colaborando" con el Congreso con las bases de datos de las grandes fortunas de la Argentina.
Minutos más tarde, la AFIP debió salir a aclarar que nada de eso en realidad estaba sucediendo.En este sentido, reaccionó a tiempo el organismo recaudador en una semana en la que el Gobierno se vio salpicado por una nueva polémica, al descubrirse que el ministerio de Desarrollo Social estaba dispuesto a pagar sobreprecios en la compra de alimentos para entregar a sectores vulnerables de la sociedad.
El desliz de la antropóloga
Las cabezas de una quincena de funcionarios rodaron escaleras abajo, en lo que significó otro ruidoso tropiezo del Gobierno tras el descontrolado operativo de cobro de jubilaciones y pensiones de la semana anterior, con decenas de miles de personas mayores de edad agolpadas frente a bancos.
También la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, volvió a levantar polvareda con sus comentarios sobre el "ciberpatrullaje" que realizaba el Gobierno, en teoría, para evaluar el "humor social" de la población en momentos de estrés por la emergencia sanitaria. Luego, la funcionaria tuvo que dar marcha atrás y reconocer que su frase había sido "poco feliz", ya que se prestaba a "confusión". Más que feliz o infeliz, la antropóloga sumó otro desliz.
De cualquier manera, recientes mediciones sobre ponderación de gestión lo muestran firme a Alberto Fernández, y al Gobierno en general, con una imagen positiva incluso superior al 80 por ciento según algunas encuestas en la provincia de Buenos Aires.
El jefe de Estado acaba de anunciar una extensión de la cuarentena obligatoria, al menos, hasta el 26 de abril próximo inclusive, tras largas deliberaciones con gobernadores y especialistas, además de su equipo de colaboradores más cercanos.
Y en este contexto de emergencia, que generó una parálisis en el Poder Judicial y relegó al Congreso a desarrollar actividades meramente "virtuales", el de por sí presidencialista régimen de gobierno de la Argentina se ha visto robustecido en las últimas semanas.
Fernández ha resuelto tomar "el toro por las astas" y priorizar la salud de la población en medio de la pandemia. El Presidente asumió definitivamente el liderazgo en esta lucha; una contienda que -dicho sea de paso- también le ha permitido reforzar los dogmatismos ideológicos que pregona.
En este sentido, el mandatario considera fundamental la presencia del Estado acompañando a la sociedad. El propio Fernández así lo plantea en sus apariciones públicas. Si el Estado argentino ha demostrado ser confiable a lo largo de los años o bien si las sospechas de corrupción han mancillado su "autoridad moral" en los últimos tiempos es otra discusión, lógicamente.
Representantes de la sociedad, "guardados"
Volviendo brevemente a las dietas de los legisladores, en Juntos por el Cambio también decidieron finalmente renunciar en forma "voluntaria" a un porcentaje del sueldo para donarlo a distintas instituciones sanitarias. Es decir, dependerá de cada uno.
Así las cosas, salvo por algunas apariciones hogareñas mediante videoconferencias, da la sensación de que senadores y diputados en general continúan de vacaciones, pagas por cierto, tomando en cuenta la escasa actividad parlamentaria registrada durante el período de sesiones extraordinarias que se había dispuesto para el verano.
Ahora, en este contexto excepcional, cuesta creer que los legisladores no se puedan reunir fuera del Congreso para poder sesionar en alguno de los tantos centros de convenciones con los que cuenta la ciudad de Buenos Aires, prestando atención a todos los recaudos sanitarios que sean necesarios.
Son representantes de la sociedad y están "guardados" desde hace semanas. E incluso así, podrán mantener intactas sus dietas en caso de que lo determinen, más allá de los cacerolazos que se realizaron para demandar que la clase política se baje los sueldos y destine ese dinero a la lucha contra el Covid-19.
En este marco, la Argentina comenzó a transitar por su cuarta semana consecutiva de cuarentena y al persistente reclamo de pymes, comerciantes y autónomos por la parálisis económica, se sumaron en las últimas horas sectores de la izquierda que advirtieron con movilizarse para protestar contra los "despidos en masa" que, según dijeron, se están produciendo pese al DNU presidencial que los prohíbe.
Mientras tanto, los bancos retacean los créditos blandos que anunció el Gobierno para que empresas afectadas por la cuarentena puedan pagar sueldos, lo que podría generar el mes que viene serias complicaciones en la cadena de pagos en el sector productivo doméstico, y se espera que se desplomen las recaudaciones provinciales -además de la nacional-.
Por último, para muestra alcanza un botón: según CAME, las economías regionales dejaron de obtener ingresos por unos $14.800 millones a causa del aislamiento social obligatorio que, lógicamente, registre las actividades turísticas.
Claramente, todo un desafío tiene por delante el Gobierno en materia económica.
COMENTARIOS