El contexto de la pandemia nos ubica en un rol protagónico. A nosotros, como inviduos e integrantes de una comunidad global que debe dar muestras de equilibrio y madurez. A vos y a mi. A todos.
En las redes lo exigimos, como siempre desde el egoísmo. Un mensaje que nunca se emite en primera persona sino hacia un “colectivo impreciso” una masa indiferenciada. Un mensaje que suena más a hipocresía o bálsamo de que “estamos haciendo algo” que a intención o acción concreta. Como sucede en el marketing, cuando le hablamos a todos no le hablamos a nadie. Tiene relación con otros temas de interés general que requieren, en primera instancia, una acción individual.
Se trata de nuestro compromiso como comunidad. Antes del enunciado o demanda de comportamientos de teceros, requiere una mirada introspectiva de nuestras actitudes.
¿Cómo actuamos cuando vamos al supermercado, cómo lo hacemos cuando volvemos de un viaje?
Es importante entender que serán estos actos los que marcarán el final de la historia y una vez más encuentro mezquindad en las dos o tres pautas marcadas por las autoridades. Un equilibrio que se pierde por pánico, soberbia o egoísmo. Por un lado los inescrupulosos que pretenden hacer negocios y acopian productos de primera necesidad. Por otro, quienes olvidan que para protegernos no sólo necesitamos higienizarnos nosotros sino que los demás también puedan hacerlo.
Hoy te hablo a vos que volviste de un viaje y te paseas por la ciudad. A vos que cargas el chango acopiando productos que alguien más puede necesitar. ¿Te pusiste a pensar que sin “el otro” no existe “el yo”? ¿Acaso no te das cuenta que la única forma de salir de esta es que todos nos comprometamos? También me hablo a mi, que releo esta columna varias veces.
El contexto lo exige, un cambio de idiosincrasia inmediata que responda a los intereses colectivos. Estamos a prueba, el virus no solo es el Covid19 sino nuestra actitud frente a él. Depende de nosotros, aplique responsablemente.
MARKETING APLICADO
G.E.L.
Aplique responsablemente.
COMENTARIOS