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El lanzamiento de la fórmula presidencial de Alberto Fernández y Cristina Fernández desacomodó la estrategia electoral del Gobierno.
LA COLUMNA DE LA SEMANA

Un mes a pura "rosca"

Poco menos de un mes resta para el cierre de listas, previsto para el próximo sábado 22 de junio, con miras a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 11 de agosto venidero. 
Serán cuatro semanas a pura "rosca" política que tendrán su punto de partida este lunes, con la Convención Nacional del radicalismo en Parque Norte, en la ciudad de Buenos Aires. Allí confluirán los distintos sectores de la Unión Cívica Radical (UCR) para discutir y acordar la estrategia electoral que adoptará este año el centenario partido.
Antes del encuentro, el correligionario Alfredo Cornejo, presidente de la UCR y gobernador de Mendoza, agitó aún más el avispero con declaraciones que muy probablemente causaron urticaria en el ala más conservadora de la coalición de Gobierno.
Cornejo, que ha venido ejerciendo presión sobre la candidatura presidencial de Mauricio Macri en los próximos comicios, en los que el jefe de Estado -en teoría- irá en busca de su reelección, insistió en la necesidad, de acuerdo con su criterio, de ampliar el frente Cambiemos.
En este sentido, el titular del Comité Nacional del radicalismo elogió en las últimas horas a los "peronistas republicanos" Roberto Lavagna y Juan Schiaretti, que viene de ganar ampliamente en Córdoba. Cornejo, que además consideró beneficioso poder incorporar tanto a Lavagna como a Schiaretti a Cambiemos, afrontará con esta postura la Convención radical, en la que más allá de las diferencias internas, la UCR confirmaría su continuidad en la coalición gobernante.
Claramente una ruptura no sería conveniente ni para la Casa Rosada ni para el radicalismo, que luego debería cargar con la responsabilidad de haber minado la posibilidad de que el oficialismo se mantenga en el Poder.

Nerviosismo del Gobierno
En los últimos días, tras el anuncio de la fórmula presidencial con la que el kirchnerismo intentará volver al triunfo en las próximas elecciones generales, se ha podido comprobar cierto clima de nerviosismo dentro del Gobierno.
En especial, después de la publicación en medios periodísticos de una hipotética reactivación del "Plan V" para afrontar los comicios de octubre, con la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, como principal postulante de Cambiemos, relegando a Macri a un papel de reparto.
Con "el diario del lunes" bajo el brazo, podría decirse que el Gobierno se equivocó políticamente al anunciar en forma anticipada que el jefe de Estado era "el candidato" de la coalición en la compulsa electoral de este año. Se apresuró el oficialismo al confirmarlo a Macri, incluso en momentos en los que su imagen comenzaba a desdibujarse y distintas mediciones sobre ponderación de gestión daban cuenta de una marcada caída en su popularidad.
Ahora, de todos modos, aplicar un freno de mano y dar marcha atrás, lanzando efectivamente como candidata del espacio a Vidal, sería considerado como un paso en falso, como una suerte de efecto dominó propiciado por la decisión de Cristina de designar a Alberto Fernández como "su" postulante a la Presidencia de la Nación.
Lo cierto es que la danza de especulaciones recobró ritmo en los últimos días tras al anuncio de la dupla Fernández-Fernández, con trascendidos de lo más variopintos sobre probables fórmulas presidenciales del oficialismo.
Binomios como Macri-Vidal, Macri-Juan Manuel Urtubey, Vidal- Martín Lousteau y hasta Vidal-Urtubey, entre otros, circularon por las redacciones periodísticos y dieron incluso que hablar en el ámbito empresarial y de la política, lógico.
De cualquier modo, el paso al costado simbólico que dio Cristina, corriéndose del foco de atención y tratando de descomprimir la tensión en ese juego de la "grieta" que propone el macrismo -y con el que tanto se ha beneficiado en las dos últimas elecciones-, dejó al Gobierno sumido en múltiples versiones sobre la candidatura de Macri.
La agenda política, incluso, ha girado en estos días definitivamente en torno de la figura de la ex Presidenta, que comenzó a afrontar el martes pasado el primer juicio oral y público en su contra en los tribunales federales de Comodoro Py por supuestas irregularidades en la adjudicación de proyectos de obra pública durante el Gobierno anterior.

Días agitados
Se avecinan días agitados para el oficialismo y también para la oposición y el movimiento obrero, que realizará un nuevo paro nacional contra el gobierno de Macri el próximo miércoles 29 de mayo, esta vez, convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) y con el respaldo del "Frente Sindical" que encabeza el clan Moyano.
La "rosca" política también se espera que cobre intensidad en el arco opositor, con el massismo coqueteando con la posibilidad de sumarse al "Frente Patriótico" que lidera Cristina, pero con Sergio Massa mostrándose sonriente -aún- junto a los demás referentes de Alternativa Federal y Lavagna encaprichado en negarse a tomar parte en una interna por dentro de ese espacio.
El ex ministro de Economía confirmó que pretende competir por la primera magistratura este año, pero si no acepta las reglas de juego que imponen Schiaretti y compañía en el peronismo federal, quedará marginado y deberá postularse en solitario o a lo sumo, con el apoyo de un sector del progresismo.
En ese contexto, resulta incierto el futuro inmediato del personaje del verano -sobre todo por sus sandalias con medias-, pese a que distintas encuestas todavía lo ubican como el precandidato presidencial que más votos obtendría si se sometiera a una PASO en Alternativa Federal.
En el peronismo no-kirchnerista, Schiaretti invitó a sumarse a ese espacio al conductor televisivo Marcelo Tinelli y al ex gobernador bonaerense, Daniel Scioli, que de todas maneras, se mantendrá como postulante a Presidente por dentro del Partido Justicialista (PJ).
Dicen incluso que Scioli, en su rol de vicepresidente del PJ, envió apoderados a solicitar "reglas claras" en el partido para enfrentar en una interna a la dupla Fernández el próximo 11 de agosto: es el único precandidato que se mantiene en pie desde el sábado pasado, después de que se bajaran de la carrera presidencial Felipe Solá y Agustín Rossi.
El radicalismo, por su parte, incapaz de ungir a un postulante propio para los comicios de este año, afilió meses atrás a Lousteau e insiste en enviarle señales a Lavagna para que se incorpore a ese "Cambiemos más amplio" que anhela Cornejo.
Por último, el oficialismo, obligado a reconstruir el vínculo con la sociedad y a generar confianza para robustecer eventualmente su caudal de votos, seguirá de cerca lo que ocurra tanto el lunes con la UCR como el miércoles con el paro general, mientras espera anotarse su primera victoria electoral de 2019 el domingo que viene, el 2 de junio, en los comicios legislativos que se celebrarán en Corrientes.

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