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María Eugenia Vidal tiene la cuesta cada vez más empinada para sostener los votos frente a la caída de imagen que sufre Macri.
PANORAMA PROVINCIAL

Vidal, entre el desafío de empujar a Macri y sus propias necesidades políticas

María Eugenia Vidal se apresta a transitar una etapa clave del que acaso sea su mayor desafío político. Ya no se trata solamente de conservar la Provincia, una tarea por demás demandante frente al kirchnerismo. Esa faena requiere, quizás, un reto aún mayor: cómo lograr que Mauricio Macri levante sus acciones en territorio bonaerense para evitar que la alicaída imagen presidencial le cierre la puerta a su propia reelección.
La suerte de ambos parece irremediablemente atada. Más aún después de que a la Gobernadora le cerraran desde la Casa Rosada la posibilidad de adelantar las elecciones. La cuesta surge empinada. Algunos números de encuestas reservadas que se conocieron en los últimos días muestran una clara ventaja de Cristina Kirchner sobre Macri en la Provincia. La diferencia promedia los 10 puntos. Algunos sondeos hablan, incluso, de una brecha que ya rozaría los 15 puntos.
Ese escenario es el que complica a Vidal, que debe transitar por el delicado equilibrio que supone  hacer campaña para levantar a Macri casi sin mencionarlo. Sostener su buena imagen sin verse afectada por el arrastre nacional y al mismo tiempo ser el tractor que ayude al Presidente a entrar al ballotage.
En Cambiemos ese debate empieza a encontrar comparaciones futboleras. “En la Rosada apuestan todo a los penales porque están seguros de que tienen a un Goycochea”, dicen algunos dirigentes, en una definición que refiere al Mundial de Italia donde el arquero argentino empujó a la Selección mucho más allá de lo imaginado con su descollante actuación tapando disparos ajenos. Aquella suposición se asienta en la esperanza de que en un eventual mano a mano con Cristina, pesará un posible rechazo al retorno del kirchnerismo.
Esos deseos oficiales requieren un poco más que los resultados de laboratorio. Precisan, al menos, que las medidas anunciadas para apuntalar el consumo y contener los precios brinden algún síntoma de vitalidad. La duda pasa, además, por conocer si esos parches alcanzarán para recrear una expectativa favorable hacia el Gobierno que amplios sectores sociales fueron perdiendo en sintonía con la crisis económica y la impotencia oficial para mitigarla.
Apremiada por ser la Provincia terreno fértil para el kirchnerismo, Vidal apura la definición de su propio paquete de medidas. Será en la previa del arranque informal de la campaña que mostrará a la Gobernadora intensificando su recorridas tanto en el Conurbano como en el Interior.
Descuentos a través del Banco Provincia, congelamiento de tarifas y beneficios para jubilados, forman parte del menú que será anunciado en los próximos días por la Gobernadora.
Ese combo bonaerense tendrá su correlato en la mayoría de los municipios que gobierna Cambiemos. Los intendentes se preparan para disponer beneficios a Pymes y algunas medidas dirigidas a la clase media, que hoy luce desencantada con Cambiemos. En varias comunas, por caso, ya se habla de descuentos en las tasas para los contribuyentes cumplidores.
Esa sintonía para acompañar las medidas del gobierno nacional no termina por despejar las dudas. En la mayoría de los distritos, los alcaldes registran un respaldo muy superior al que recoge el Presidente. Incluso, miden por encima de Vidal. La duda que empieza a dar vueltas en el horizonte oficial es si esa fidelidad se sostendrá sin fisuras después de las Primarias de agosto.
En el kirchnerismo comienzan a disiparse algunos interrogantes. Axel Kicillof se va imponiendo en la puja por la Gobernación abierta en Unidad Ciudadana. Es cada vez más fuerte la versión de que sería acompañado por la matancera Verónica Magario. El ex ministro de Economía tiene un valor agregado: es el dirigente que más y mejor retiene el voto a Cristina que en la Provincia orilla el 40 por ciento.
Mientras tanto, el lavagnismo empieza a dar señales de querer meterse en la discusión. El armado de una mesa bonaerense aporta alguna certeza en medio del enigma que sigue sin develarse ante la resistencia de algunos dirigentes a embarcarse en la pelea contra Vidal y Kicillof.
Sergio Massa se sostiene en la carrera presidencial y rechaza la idea de ser candidato a gobernador. En los últimos días pareció desinflarse la posibilidad de que ese lugar fuera ocupado por el animador Marcelo Tinelli. El casillero bonaerense continúa siendo la figurita difícil en el incompleto álbum de Alternativa Federal.

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