Mauricio Macri coronó una de sus semanas políticas más complejas con un gesto que apunta a dejar escaso margen para la duda. Se apareció en el “retiro espiritual” que María Eugenia Vidal realizaba junto a su gabinete en Chapadmalal, en una fugaz visita nocturna con la que procuró dejar sellada y sin fisuras la estrategia electoral de Cambiemos.
El Presidente no se refirió en forma directa al tema, pero su presencia fue interpretada como la señal más contundente de que, aun pese a las enormes dificultades que afronta su gestión, buscará quedarse por cuatro años más en la Casa Rosada. El gesto alcanza un realce adicional por el tenor del encuentro y sus interlocutores. Frente a él estaba Vidal, a quien no pocos dirigentes del PRO y sectores empresarios ven como la candidata alternativa si el deterioro económico se profundiza y los números “no le dan” a Macri para sostener su sueño de reelección.
El discurso presidencial abonó la idea de que no habrá sorpresas en la estrategia electoral de Cambiemos. “Mauricio habló de la Argentina que se imagina en los próximo años”, contó uno de los ministros vidalistas. Tampoco faltaron las visiones optimistas del Presidente respecto del demorado y ansiado despegue económico.
La puesta en escena apuntó a brindar certezas frente a las versiones que se multiplicaron en los últimos días en medio de la disparada del dólar, la inflación que no cede y la difusión de los índices de pobreza que experimentaron una fuerte suba. Y a sepultar la idea de una posible deserción presidencial de las elecciones que se vienen.
Las dudas existen
La ratificación consolida el escenario oficial, pero no despeja las dudas sobre las chances de coronar con éxito una empresa por demás compleja como es la que tendrá que encarar Vidal en busca de retener la Provincia. La mandataria afronta un escenario social desafiante: sólo en el Conurbano, habitan 5 millones de personas pobres o indigentes.
No resulta casual que esos números difundidos con el Indec tengan relación con la imagen presidencial: allí, en el corazón más postergado de la Provincia, Macri cosecha los peores registros. Allí, Cristina Kirchner anota una intención de voto que lo supera con holgura.
A eso se expone la Gobernadora. A que el arrastre del Presidente la condene aun cuando siga siendo una de las dirigentes mejor ponderadas. “Es difícil, pero no imposible”, dicen cerca de Vidal en relación a la aventura electoral que se aproxima.
En ese marco, las necesidades políticas cuentan. Y mucho. Tanto, como para archivar la sonora disputa con los gremios docentes que en la Gobernación se había levantado como bandera de lucha frente a la crisis del sistema educativo. Luego de un año de paros y conflictos, el gobierno bonaerense decidió cambiar la lógica de negociación con los maestros. Y acaba de plantear una propuesta salarial que se acerca mucho a las pretensiones de los sindicatos.
Limar asperezas
¿Se trata de una concesión a Roberto Baradel, el “enemigo perfecto” que había encontrado Vidal en su cruzada por erradicar algunos vicios fuertemente arraigados en el sistema educativo? No parece ser esa la explicación para un cambio de planes tan drástico. Habrían pesado otras cuestiones. En la Provincia comenzaron a tomar nota de que la pelea con los gremios no quedaba acotada a sus conducciones. De hecho, la propia Gobernadora empezaba a padecer el malhumor de los maestros.
En el oficialismo bonaerense se juzgó necesario cerrar ese conflicto con una oferta que insumirá unos 27 mil millones de pesos. Si no aparece una sorpresa de última hora, los gremios parecen encaminados a firmar el acuerdo. Vidal podría eludir así un escenario plagado de paros, marchas y escraches como el que debió soportar en 2018.
Cambiemos resolvió además apuntalar presencia y políticas en el Conurbano. La Provincia acaba de redireccionar fondos para realizar obras en los barrios más postergados. Se mezclarán allí una serie de medidas que anunciará la Casa Rosada con fondos del Anses para incentivar el consumo. También se anunciaría en breve el retorno de los descuentos para la compra de alimentos a través del Banco Provincia.
¿Alcanzará? Es la pregunta que cruza todo el oficialismo. Al menos, Macri parece haber sepultado una de las tantas incertidumbres de la política electoral: será candidato y Vidal tendrá la misión de traccionar para él desde la Provincia.
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