Apenas unos días antes del discurso que María Eugenia Vidal pronunció ante la Legislatura, el dato que comenzó a trascender en el gabinete bonaerense generó una mezcla de inquietud y perplejidad. Un conocido encuestador que ahora está trabajando para el oficialismo aportó el resultado de una encuesta que traza un horizonte poco menos que inquietante para Cambiemos.
Según esa encuesta que circula por estos días en despachos oficiales, Mauricio Macri sigue sin poder hacer pie en la Provincia. La distancia que lo separaría de Cristina Kirchner sería cercana a los 12 puntos. El bache entre uno y otro es tan pronunciado, que ni siquiera María Eugenia Vidal, una de las dirigentes mejor ponderadas, podría salir indemne de ese efecto arrastre.
Hoy por hoy no se habla de otra cosa cerca de la Gobernadora. La inquietud crece porque hay otros muestreos que se empecinan en dar malas nuevas para el oficialismo: el Presidente no solo sigue sin poder remontar sino que su apoyo se va escurriendo. Si bien esa pérdida de respaldo no se va al kirchnerismo, comienza a alimentar las alforjas de Alternativa Federal. “De tres votos que pierde Macri, dos se van a Lavagna”, reconocen dirigentes del PRO.
Esa erosión se explica en la marcha de la economía y la imposibilidad del Gobierno de mostrar señales positivas para la gente. La inflación que mostraba alguna tenue curva descendente para fin de año, volvió a recalentarse en enero. Y para febrero ya se habla de un aumento que podría orillar el 4 por ciento. Tampoco se aguarda un resultado en marzo que empuje a alimentar cierto optimismo.
La idea oficial de que las nuevas paritarias conjugadas con la baja del costo de vida impulsarían una recomposición en los sueldos que el año pasado perdieron alrededor de 12 puntos, se empieza a tornar una ilusión.
En algunos despachos oficiales bonaerenses creen que el soñado repunte económico demorará más de lo previsto. Hay quienes incluso aseguran que algunas señales positivas podrían llegar para julio, un mes después del cierre de listas. La propia Vidal habría escuchado ese sombrío pronóstico de uno de sus principales colaboradores.
El Plan “V”
Ese escenario reverdeció las especulaciones que parecían haber quedado sepultadas en los últimos meses. Por estos días ha vuelto a escena, al menos en los comentarios y análisis de no pocos funcionarios oficialistas, la idea del Plan "V".
No es otra cosa que la posibilidad de que Vidal se transforme finalmente en la candidata presidencial de Cambiemos, habida cuenta de las dificultades electorales que las encuestas le aventuran al Presidente.
La gobernadora resiste dar el salto del que hablan sus propios colaboradores. Se mantiene en su tesitura de acompañar a Macri desde la Provincia. Lo repitió en las últimas horas cuando habló de no utilizar al principal distrito del país como trampolín político. Pero en varios despachos oficiales trazan un escenario complicado para Cambiemos. “Así como está la cosa, el triunfo de María Eugenia está en duda”, señalan algunos colaboradores de Vidal. Creen que para derrotar al eventual candidato a gobernador de Cristina Kirchner sería necesario un corte de boleta de dimensión inusual.
“El Plan V tiene toda la lógica de los números. El problema es que Cambiemos es un espacio que se maneja con poca lógica”, señalan algunos oficialistas con fuerte dosis de ironía. La cuestión empieza a asomar como una suerte de debate subterráneo. Tanto, como el que se proyecta un poco más allá: quién o quiénes serían los candidatos en la Provincia en caso de que Vidal vaya por la presidencia.
Las especulaciones son variadas y transitan al menos por dos carriles. El primero, llevaría la marca del “vidalismo puro”. Desde ese espacio, uno de los nombres que más se menciona es el de la ministra de Desarrollo Social de la Nación, Carolina Stanley. Hay quienes no descartan a Cristian Ritondo, que en los últimos días fue confirmado por Marcos Peña como primer candidato a diputado nacional por la Provincia para reemplazar a Emilio Monzó, decidido a no ir por la reelección.
El otro andarivel pasa por la posibilidad de una apertura política que acaso pudiera ensayar la gobernadora si finalmente fragua el Plan V, algo impensado en un esquema con Macri candidato. ¿Algún dirigente de origen peronista quizás? Casualidad o no, Monzó ya avisó que le gustaría gobernar la Provincia.
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