La hermosa localidad de Epuyén, ubicada al noroeste de la provincia de Chubut, está enfrentándose en estos días con un terrible enemigo: el Hantavirus. Hasta hoy se han confirmado 26 casos, de los cuales 9 fallecieron.
La enfermedad causada por el Hantavirus se transmite fundamentalmente por inhalación de aerosoles cargados de partículas virales provenientes de las heces, orina y saliva de roedores infectados. Sin embargo, la transmisión de persona a persona, ya descripta en epidemias anteriores, pareciera que ha sido clave en la diseminación del brote actual.
Luego de un periodo de incubación (espacio de tiempo entre el ingreso del virus al organismo y el comienzo de los síntomas) de alrededor de 2 o 3 semanas, comienza la llamada fase inicial, que dura entre 3 y 5 días y se caracteriza por fiebre de inicio súbito, escalofríos y dolores musculares, entre otros síntomas. Estas características son absolutamente inespecíficas, y pueden presentar en muchas otras enfermedades, como por ejemplo la gripe.
Pero en esta fase el paciente elimina virus a través de sus secreciones respiratorias, por lo que potencialmente puede contagiar a otras personas.
A veces la enfermedad termina aquí, pero en casi la mitad de los casos progresa a la fase cardiopulmonar, caracterizada por una gran dificultad respiratoria e insuficiencia cardiaca, con necesidad de asistencia en terapia intensiva y uso de respirador en muchos casos. La tasa de mortalidad se ubica entre el 20 y 30%. Desafortunadamente, aún no existe vacuna que la prevenga ni medicación antivírica que la controle, por lo que el tratamiento consiste en realizar un óptimo soporte general.
Por lo tanto, es clave tratar de evitar la diseminación de la infección, apelando a las medidas de prevención. En el contexto actual, en el que parecieran predominar la transmisión interhumana, las recomendaciones deben ser dirigidas, precisamente, a tratar de cortar la cadena de transmisión del virus.
Para ello, toda persona que esté cursando un cuadro febril y que haya tenido alguna exposición ambiental relacionada a roedores o que haya estado en contacto cercano con un caso de hantavirus debe consultar al médico.
Además, deben guardar reposo, evitar salir de su domicilio (si lo hacen deben utilizar barbijo) y no asistir a lugares públicos. Pero toda la población en riesgo potencial tiene que cuidarse, lavándose frecuentemente las manos con agua y jabón, evitando el contacto estrecho con sus convivientes y la concurrencia a lugares públicos o reuniones sociales, ventilando los ambientes de su domicilio, y realizando la limpieza de su vivienda con solución de lavandina (un pocillo en un balde de agua). Si logramos que el virus no se transmita a otras personas, habremos controlado el brote.
La situación actual está limitada hasta el momento a la ciudad de Epuyen, por lo que es clave el cumplimiento de las recomendaciones emitidas por las autoridades sanitarias. Cada uno de los habitantes de la ciudad tiene en sus manos las posibilidad de contribuir a que el brote pueda ser controlado, por eso es tan importante cumplir con esas indicaciones.
Las autoridades de salud, tanto nacionales como provinciales están haciendo un gran esfuerzo por lograr el control de este brote. Las sociedades científicas trabajan a la par, aportando su experiencia y conocimiento. Los equipos de salud (médicos, enfermeros, personal administrativo, etc) están realizando una tarea encomiable en pos de ese objetivo. Pero es el trabajo entre todos lo que nos va a permitir lograr que el brote sea controlado.
(*) Médico especialista en Enfermedades Infecciosas (UBA). Presidente de la Sociedad Argentina de infectología (SADI).
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