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TRASTIENDA POLÍTICA

Resurge en la negociación por el Presupuesto bonaerense la idea de desdoblar las elecciones

En las conversaciones reservadas que mantienen oficialismo y oposición en torno al Presupuesto bonaerense para 2019 se ha vuelto a instalar como una posibilidad muy fuerte la separación de las elecciones de intendentes y concejales de las de gobernador y presidente, de manera que los cargos comunales queden definidos antes que los provinciales y nacionales.
Sería una de las exigencias “no negociables” que le ha planteado a María Eugenia Vidal el líder del Frente Renovador, Sergio Massa, a cambio de avanzar con el apoyo a la aprobación del presupuesto y, sobre todo, a la autorización para tomar una abultada deuda. Así, Massa aparecería otra vez, tal como sucedió en aquel primer año de gestión de la gobernadora, como un interlocutor político privilegiado de Cambiemos.
El tigrense asoma relativamente fortalecido a partir de la capitalización de algunos movimientos políticos en la Cámara Baja que pueden redefinir la lógica de alianzas. Concretamente, a su bloque de una docena de almas sumaría su sociedad con una nueva bancada de cuatro legisladores de perfil peronista, con quienes trabajaría en sintonía.
Esa sintonía podría ser puesta a disposición de las necesidades de Vidal pero a cambio de que también se apruebe el proyecto para desdoblar las elecciones en la Provincia, algo que el propio Massa ha conversado con los intendentes peronistas del Conurbano. Hace un mes, desde este espacio se adelantó que las conversaciones estaban encaminadas. La novedad sería que ahora Cambiemos habría aceptado conceder el proyecto, siempre y cuando el desdoblamiento sea opcional. Esto es, que cada intendente pueda hacer lo que quiera.
El problema para Vidal, y que se lo ha hecho saber a Massa, es que no cuenta aún con el visto bueno del gobierno nacional para semejante movida electoral. La gran duda en el mundillo político provincial, y especialmente en el micro clima de la Legislatura, es si alguna vez lo conseguirá. Es que no son pocas las voces en Cambiemos que estiman que la jugada podría debilitar al presidente Mauricio Macri, quien hasta ahora parece decidido a buscar su reelección.
La presión de Massa en el Congreso, para que se incluya en las negociaciones para acompañar el ajustado Presupuesto nacional este tema del desdoblamiento electoral en Buenos Aires, apuntaría justamente a inyectar presión a la Casa Rosada con el objetivo de que habilite el debate en la Legislatura de la Provincia.
El de Tigre, de todos modos, debe estar atento: su propio bloque de 18 diputados nacionales cruje por la creciente tensión entre sus necesidades provinciales, que maneja con tono dialoguista, y su papel frente al gobierno de Macri, donde aparece más duro. 
Busca Massa, con la tesis de avanzar hacia una real autonomía municipal, asegurar los contados territorios en los que gobierna el Frente Renovador, cuyos alcaldes podrían municipalizar la elección al máximo. Ese mismo argumento ha utilizado para seducir a los alcaldes del PJ y hasta los del oficialismo. Sobre estos últimos, el argumento que más pesa es que Macri está en su piso histórico de ponderación social.
El gobierno nacional estima que el Presupuesto pactado con el FMI comenzará a tratarse en el recinto de la Cámara de Diputados el próximo miércoles 24. Una vez que eso suceda, se dispararán abiertamente las negociaciones en la Provincia, cuyo cálculo de ingresos y gastos terminaría siendo aprobado sobre el final del año legislativo.
En Cambiemos hay un tentación a pensar que el de Tigre negociará su apoyo al Presupuesto a cambio de cubrir con gente propia los cargos vacantes en diversos organismos, que corresponderían a la oposición. Como el Banco Provincia, el Tribunal de Cuentas y demás. No sería lo que Massa transmitió a Vidal: para él, esos cargos vendrían a ser como una deuda que la gobernadora mantiene con su espacio político desde la negociación por el presupuesto de este año, que se dio a fines de 2017.
Es verdad que nunca fueron cubiertas esas vacantes. Pero también es altamente improbable que la gobernadora ceda tanto –en especial si se concreta el desdoblamiento- frente a un espacio que sacó 10 % en las elecciones pasadas.
La idea conversada es dejar vigentes las PASO pero adelantar los tiempos: para cargos comunales las Primarias podrían llevarse a abril de 2019 y la elección de intendentes se realizaría en junio de ese año. El mismo mes en que se cerrarían las candidaturas para cargos nacionales y provinciales, cuyas PASO son en agosto.
En principio, la separación de las elecciones comunales debería ser aprobada por los Concejos Deliberantes de cada distrito. Una discusión segura será si eso debe ser por los votos de la mitad más uno del total de los concejales o por una mayoría calificada. Se habla, además, de implementar la boleta única, ya sea de papel o electrónica, algo que está contemplado en las leyes vigentes aunque nunca se utilizó.

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