MARKETING APLICADO

Mapa comercial juninense

Movilidad de consumo, hábitos y costumbres.

En la infancia, los límites geográficos de movilidad están bien marcados. Desde el quiosco de la esquina hasta el auto rojo y desde las escalinatas de la casa de la abuela hasta el cantero del vecino: más allá de eso, el fin del mundo. Temores infundados o forjados por los padres en su afán proteccionista: así adoptamos costumbres, buscando certezas en la reiteración de comportamientos. 
Si ensayamos una analogía, los adultos en situación de consumo actuamos de la misma forma. Ya sea porque identificamos y hacemos propios los rasgos del límite geográfico o porque sumamos experiencias positivas, tenemos bien definido donde ir a buscar un producto o servicio. 
Los consumidores (todos nosotros) nos movilizamos para consumir (léase atender necesidades). Lo interesante es saber como lo hacemos, es decir si hay algún patrón que regule ese impulso por iniciar la marcha hacia uno u otro sector de la ciudad. Por ejemplo, si alguien quiere tomar un café, es probable que perfile hacia Roque Sáenz Peña dejando de lado las propuestas de Belgrano, España o alguna otra calle. Vale preguntarse entonces ¿qué deberán hacer los negocios emplazados fuera de la arteria céntrica para atraer nuevos? 
Todas las decisiones de consumo están condicionadas por nuestros límites geográficos auto-impuestos. Los trazamos inconscientemente, de hecho no tenemos tiempo para analizarlos y modificarlos. Están ahí, son hábitos y costumbres que lentamente, con coherencia de las nuevas promesas comerciales pueden “correrse”. 
Hoy los consumidores están dispuestos a la movilidad y se dan cuenta que 5 o 6 cuadras no son el fin del mundo. Ahí está la oportunidad. Se trata de un nuevo mapa, corredores urbanos que permiten el despliegue de un nuevo tipo de oferta que debe “imantar”para atraer, extender una promesa diferente para mover a la gente. 
Un nuevo estilo de vida para la oferta de vivienda o la tranquilidad del bar que promete medialunas calentitas lejos de Sáenz Peña. Nuevas cuadrículas, comercios que aprovechan los límites actualizados de una ciudad en crecimiento. Se trata de aprovechar la saturación de algunas zonas, leer e interpretar las necesidades que resultan de la movilidad urbana. Más barrios, horarios acotados y cambios en la estructura familiar configuran necesidades que esperan soluciones. 
Hay un nuevo mapa de la ciudad, una cartografía invisible en permanente actualización que sólo los despiertos podrán aprovechar comercialmente.