Son esos comercios a los que nos referimos por cercanía de otros. Lugares que nunca necesitaron mención porque estaban solos, sin que nadie les rodee la manzana. Para referirnos a ellos utilizamos los recursos que teníamos a mano y los re-bautizamos. Parentescos asociados al local, cruces de calles y otras referencias informales nos fueron de utilidad para darles cuerpo a los anónimos.
“Lo de Tito, al lado de la escuela o a la vuelta del kiosco de los pebetes calentitos. La dinámica cotidiana juninense impuso un sistema cartográfico que hasta acá funcionaba muy bien, pero hoy muchos se están cayendo del mapa ante el empuje de los que nos ofrecen todas las coordenadas comerciales.
El pueblo que muta a gran ciudad sigue perdiendo en el camino a quienes construyeron su identidad solo por presencia física en un lugar o por el interés que les añadía una marca importante de capital. El punto es que un día los alquileres aumentaron, se vieron obligados a la mudanza y fin del cuento. O peor aún, perdieron la licencia de los productos que traían de afuera y debajo de eso no había nada, porque no aprovecharon el momento para promover su propia propuesta de posicionamiento.
Desorientados los clientes, aún los buscan y no saben cómo o dónde preguntar por ellos. Decepcionados, al enterarse de que no venden más el producto que les dio origen, recurren a otros lugares.
Son pequeños comercios, esos que pensaron que la marca es el cartel, lo último a instalar antes de abrir. Una lona tensada que instaló el primo de un amigo y listo. Claramente, algo está fallando y los anónimos empiezan a tomar nota que la marca no es el nombre y mucho menos un ploteo. Es algo que va mucho más allá de eso, que está (o no) en la cabeza de la gente.
Levantar la guardia es entender que la cartografía del mercado está cambiando y que para que los clientes sigan tu buen nombre debés construir algo que te trascienda a vos y a tus hijos. Un capital que el día de mañana contenga el trabajo que hiciste durante tantos años. Una expresión que tenga vida propia. Algo tan abstracto que a veces es difícil de explicar sino es con ejemplos, realidades que cada vez son más notorias. Me voy a tomar al café, el que está en el centro, sobre mano izquierda en la esquina. Nos vemos allá.
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La importancia de la marca
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