¿Cuántas veces sufriste al ver un jugador de tu equipo preferido a punto de patear un penal, sabiendo que falló los últimos dos? ¿O tuviste la sensación de que determinado jugador no juega bien en una posición, pero el técnico sigue poniéndolo y su resultado no es el esperado?
Todas estas situaciones cobran más fuerza en esta época ya que disfrutamos de la principal fiesta del fútbol y 32 países están compitiendo por ser la mejor selección del mundo, con grandes figuras y mucho en juego, no solo un resultado.
El fútbol es pasión, es amor, crea comunidades, resuelve problemas, es un momento en que las personas hacen amigos, se abrazan con cada gol, incluso entre desconocidos.
Sin embargo, algo está cambiando. Hoy las interacciones entre las personas pasaron de ser físicas a virtuales y los cada vez más grandes volúmenes de datos esperan ser analizados y aprovechados mediante herramientas de big data y analítica. El fútbol, por supuesto, no queda afuera de esta nueva era.
El fútbol es tendencia mundial y millones de estadísticas esperan ansiosas el poder decir lo que saben, como por ejemplo las fortalezas de cada jugador, su velocidad, su rendimiento, cómo se comporta ante la adversidad o cómo reacciona ante situaciones de estrés.
Esa información también permite conocer las tácticas que el rival utiliza, la manera en que se organiza, cómo reacciona al recibir un gol en contra y aquellos “trucos” que permiten identificar los errores para aprovecharlos y crear estrategias para ganar.
La intuición siempre será importante, pero ¿qué pasa si le añadimos información real sobre lo que puede suceder con cada jugador, utilizando la tecnología? Y es que el fútbol tiene todo el potencial para analizarse a través de herramientas de big data y analytics.
Por ejemplo, los entrenadores pueden identificar cuáles son los jugadores que más efectividad tienen al patear tiros libres, cuales son los que más faltas comenten en el juego o los que más sancionan durante el mes, para tomar las acciones que permitan reducir las vulnerabilidades y trabajar para aumentar su rendimiento, basados en los datos.
Los equipos pueden hoy en día crear laboratorios de big data virtuales, utilizando la nube, con lo que tendrán más efectividad y, posiblemente, mejores resultados, al conocer y predecir comportamientos. El deporte no es solo la mezcla de talento y suerte.
Al igual que en las organizaciones, los registros de cada acción pueden digitalizarse y detectar la manera para aumentar la eficiencia mediante el uso de la tecnología.
Big data requiere de un propósito, una meta o fin que se quiere lograr. En el caso del fútbol puede ser aumentar el rendimiento, ganar un torneo o ser el mejor equipo del mundo. Pero lo que es seguro es que aquellas selecciones que incorporen el análisis de datos dentro de su estrategia tendrán mejores resultados individuales que, al final, hacen que el rendimiento del equipo sea mayor.
Como es un deporte que involucra personas, todo puede suceder y la expectativa siempre va a existir. Puede que un jugador brille en un partido pero durante el siguiente, alguna circunstancia externa disminuya su capacidad, por lo que los entrenadores deben estar preparados para actuar en estas situaciones ya que cada persona es un universo único, pero todos los que compiten tienen el mismo objetivo: ser los mejores del mundo.
Podemos estar tranquilos, el fútbol nunca dejará de ser emocionante. E incluso un poco mágico, aunque la información puede estimular que esa magia aparezca, siendo la mezcla perfecta para que gane el mejor.
(*) Vicepresidente de big data y analíticas avanzadas en Oracle.
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