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TRIBUNA DEL LECTOR

La Fuente del Nuevo Milenio

Tenemos en Junín una obra de arte abstracto a cielo abierto en la intersección de dos arterias vitales, avenida San Martín y Roque Sáenz Peña.
Ella es la fuente del “Nuevo Milenio” que fuera donada a los juninenses por la empresa constructora Zigmann.
Esa obra tiene un autor, Gyula Kosice, artista de notable valía, que combinó lo sólido con el movimiento del agua y la luz, de lo cual es cabal expresión nuestra fuente.
Gyula Kosice integraba el movimiento Madí con sus jóvenes 25 años, cuando el ministro de Educación del primer gobierno del general Perón era el Dr. Oscar Ivanissevich, quien inaugura el XXXIX Salón Nacional de Artes Plásticas y pronunció estas palabras: “Ahora, los que fracasan, los que tienen ansias de posteridad sin esfuerzo, sin estudio, sin condiciones y sin moral tienen un refugio: el arte abstracto, el arte morboso, el arte perverso, la infamia del arte. Con estos anormales, estimulados por la cocaína, la morfina, la marihuana, el alcohol y el esnobismo, se pueden constituir dos grupos. El primero: el de los que, conducidos por sus aberraciones, traducen espontáneamente sus delirios, sus angustias y sus fugas. El segundo: el de los que, utilizados por las fuerzas destructivas del extremismo sin Dios y sin Patria, tratan de quitarle al pueblo hasta el último refugio espiritual, el de la belleza (no sabemos en cual lugar colocaba el ministro al joven Kosice)”.
Estas palabras del ministro de Educación de Perón superan –si cabe ello- a las dichas por el presidente y canciller de Alemania cuando inauguró la imponente y neoclásica Casa del Arte Alemán: “Las obras de arte que no pueden ser entendidas, porque requieren un fatuo manual de instrucciones para probar su derecho de existir y hallar su camino hacia los neuróticos receptores de tan estúpidos e insolentes disparates, ya no dañarán a la Nación alemana –tronó Hitler el 18 de julio de 1937-; ¡se acabaron las ilusiones! El Partido Obrero Socialista Nacional se ha puesto en marcha para purificar al Reich y a nuestro pueblo de todas estas influencias que amenazan su vida y su carácter.
Volviendo al Dr. Oscar Ivanissevich, médico cirujano, muy amigo de Eva Perón, debemos decir que tenía veleidades poéticas, fue autor de los versos de la “Marcha del Trabajo”, módicos por cierto, y de sensibleras arengas escolares, en las cuales solía decir de la importancia de pensar el día entero en el general Perón.
También expresó con vigor que lo peor del arte abstracto es que “no cabe en la Doctrina Peronista”. Porque, según unas coplas heptasilábicas que leyó entonces el orador: “Entre los peronistas/ no caben los fauvistas/ y menos los cubistas/ abstractos, surrealistas/ Peronistas es un ser/ de sexo definido/ que admira la belleza/ con todos sus sentidos”.
Obsérvese la comunión del “gusto artístico” entre el “Fuhrer” y el ministro peronista.
Un cuarto de siglo después, en 1974 –nuevo gobierno peronista- el Dr. Oscar Ivanissevich vuelve a ser ministro de Educación (“pauca verba ante magna facta”). Ya por entonces hasta el peronismo había aceptado al arte abstracto, el ministro tampoco habló de las nuevas tendencias estéticas del momento pero es sintomático que designara interventor en la UBA al exaltado “demócrata” Alberto Ottalagano. Es una continuidad de pensamiento interesante. La estrechez de criterio puede seguir siendo patrimonio de un grupo político. Sin mengua alguna.

Juan Fay

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