Saturados
El déficit de atención masivo.
Mientras las empresas de nuestra ciudad ensayan la utilización de las redes sociales como herramienta de venta, las reglas del juego se modifican. No sólo me refiero a los cambios de algoritmo en Facebook por los cuales los contenidos sociales prevalecen sobre los comerciales sino además por la inexperiencia de muchas marcas locales en desarrollar programas de comunicación atractivos y significantes.
Repasar el discurso corporativo de algunas empresas de Junín es encontrar referencias a productos, precios y posibilidades de contacto. Acostumbrados a la emisión unidireccional de mensajes y con poco ejercicio en el diálogo con sus clientes, estas empresas pasan directamente a la incorporación de los canales digitales para ramificar el mismo contenido: “vendo esto”, “a este precio” y “llamame a este número”.
Ante la natural falta de interés y atención de la gente, por lo general, se decide el aumentar el presupuesto para ganar repeticiones. El pensamiento erróneo es, cuanto más me vean más chances de vender. La realidad es que esto no sucede, por el contrario se genera la saturación y omisión del mensaje por hartazgo.
No pretendo en esta columna postular las empresas locales desplieguen un rumbo filosófico o cinematográfico excepcional, tengo bien claro que el objetivo de venta demanda cierto pragmatismo. El punto es identificar el comportamiento de los nuevos consumidores para desplegar acciones que aumenten los puntos de contacto con la gente.
En la actualidad, existe una nueva dinámica que puedo resumir en la investigación o relevamiento, pre-compra, proceso de compra y post compra. Sin espacio para explicar cada instancia, es importante considerar que los nuevos medios exponen a nuestros productos y servicios a instancias mucho más complejas de verificación de verdad. Por ende, las ideas deben orientarse a crear contenidos que maximicen las oportunidades de interacción durante todo el recorrido del consumidor. Desde un mensaje inspirador hasta las demostraciones de productos, se trata de crear un recurso integral para obtener inspiración, entretenimiento y utilidad.
La publicidad tradicional vuelve con las herramientas de la década del 60, se trata de los contenidos como protagonistas de los nuevos medios digitales. Por estos días, la única forma de sortear el déficit de atención masivo es a partir de la generación de campañas creativas. Esto tiene que ver con la construcción de nuevos caminos y de asumir riesgos en el discurso. Acaso si decimos lo mismo que los demás, jamás podremos diferenciarnos, despertar interés ni crear relaciones.